La sarcoidosis ocular puede tener consecuencias graves.

Actualizado el 8 de agosto de 2025 - 7:49 a.m. Tiempo de lectura: 3 minutos.
La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria que puede afectar a todos los órganos, incluidos los ojos. Un síntoma común es la inflamación del iris.
La enfermedad de Boeck, también conocida como sarcoidosis , es poco frecuente. En Alemania, entre 10 y 12 de cada 100.000 personas son diagnosticadas con esta afección cada año.
La sarcoidosis puede causar una amplia variedad de síntomas. Generalmente, provoca cambios en los pulmones. Si los ojos se ven afectados, puede ser peligroso: especialmente sin tratamiento temprano, puede causar daños permanentes, incluso ceguera.
En la sarcoidosis, el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada por razones aún desconocidas. Es probable que factores genéticos y ambientales influyan. Esta reacción exagerada provoca la formación de nódulos inflamatorios, que los expertos denominan granulomas.
En casos de sarcoidosis, los granulomas casi siempre se encuentran en los pulmones. Sin embargo, la reacción inflamatoria no se limita a una región específica del cuerpo. Puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, como la piel, el corazón o el sistema nervioso central. O en los ojos: en estos casos, los expertos se refieren a esto como sarcoidosis ocular.
No está clara la frecuencia con la que la sarcoidosis afecta los ojos, y los expertos ofrecen estimaciones muy dispares. Algunas fuentes estiman que hasta el 20 % de las personas con sarcoidosis también presentan afectación ocular, mientras que otras citan cifras más altas.
La sarcoidosis puede causar síntomas graves, pero también puede ser leve o nula (especialmente en casos crónicos). Además, es una enfermedad poco frecuente: si una persona tiene problemas oculares, es más probable que existan numerosas causas. Por lo tanto, la sarcoidosis ocular puede pasar desapercibida durante mucho tiempo.
La sarcoidosis ocular puede afectar cualquier parte del ojo. Sin embargo, las zonas de la capa media del ojo (úvea), en la parte frontal, son las más comúnmente afectadas. Los expertos se refieren a esto como uveítis anterior. Esta inflamación afecta el iris y, a menudo, también el cuerpo ciliar subyacente (responsable, entre otras cosas, de la agudeza visual).
- Dolor en el área de los ojos y/o la frente
- Sensibilidad a la luz
- ojos rojos
- Aumento del flujo lagrimal
- agudeza visual más pobre
En la sarcoidosis, frecuentemente se ven afectados ambos ojos.
Con menor frecuencia, la inflamación afecta otras partes del ojo, como el nervio óptico, la conjuntiva, las glándulas lagrimales o la órbita. Los posibles síntomas incluyen:
- Inflamación de la membrana ocular en el segmento medio o posterior del ojo.
- Inflamación de la conjuntiva y la córnea.
- Inflamación de la retina
- Inflamación del nervio óptico
- Inflamación de los vasos sanguíneos de la retina.
Es importante tener en cuenta que estas afecciones pueden tener numerosos desencadenantes. Por lo tanto, no son una prueba de sarcoidosis. Por lo tanto, es necesario un examen médico exhaustivo.
La sarcoidosis ocular debe tratarse a tiempo, ya que puede tener consecuencias graves. Estas incluyen la opacidad del cristalino (cataratas) o daño al nervio óptico (glaucoma). En el peor de los casos, la persona afectada puede quedar ciega.
La sarcoidosis suele detectarse de forma incidental, ya que las personas afectadas no suelen presentar síntomas. Dado que la sarcoidosis casi siempre afecta a los pulmones, los granulomas y otros cambios suelen detectarse en radiografías. Se requieren pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades.
Por último, pero no menos importante, es importante un diagnóstico exhaustivo para determinar qué órganos están afectados por la sarcoidosis. Incluso sin síntomas oculares, una exploración oftalmológica puede ser beneficiosa si se ha diagnosticado sarcoidosis.
En ocasiones, los problemas oculares son el primer signo de sarcoidosis. Ciertas anomalías pueden dar al oftalmólogo indicios de que se trata de sarcoidosis. Estas incluyen, entre otras, nódulos inflamatorios en el ojo, que suelen presentarse en ambos ojos. Si se confirma la sospecha de sarcoidosis, se realizan pruebas adicionales, en particular una radiografía o una tomografía computarizada (TC) de los pulmones, una broncoscopia con una muestra de tejido y un análisis de sangre.
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