El acuerdo con DHLL fracasó: qué planean ahora los fundadores de los pañales sin Löwe

Kniti encontró resistencia en "La guarida del león". Al final, se llegó a un acuerdo con Judith Williams, pero ahora no se ha concretado.
La idea de Kniti surgió durante unas vacaciones en velero. En 2019, Manuela Miller-Feigl y Franziska Nowak, dos mejores amigas y madres, idearon un pañal renovado. Con Kniti, buscan ofrecer una alternativa sostenible y suave a los problemas cotidianos que enfrentan muchas madres, como las irritaciones en la piel de sus bebés y la enorme cantidad de residuos plásticos.
"Me impactó la cantidad de residuos generados", explica Nowak, recordando el pasado. En Alemania se desechan alrededor de 3.600 millones de pañales desechables al año. Representan aproximadamente el diez por ciento de los residuos residuales. Según los fundadores, esto equivale a unos 120 rascacielos. "Una auténtica ciudad de pañales desechables", afirma Nowak. Para Miller-Feigl, tecnóloga textil, lo tenía claro: tenía que haber otra solución.
Kniti es el resultado de esta filosofía: un sistema híbrido que combina las mejores características de los pañales de tela y desechables. Consta de dos partes: un pañal exterior en negro o verde con un inserto transpirable y soldado, y un pañal interior fabricado con un hilo especialmente desarrollado: Kniticore.
Este hilo es extremadamente fino, suave y muy absorbente. Según sus fundadores, una prueba con 75 mililitros de líquido, aproximadamente la cantidad que un niño excreta después de una siesta, demostró que este se absorbía y distribuía uniformemente por todo el interior del pañal. El material también está diseñado para lavarse a 60 grados y, por lo tanto, es reutilizable.
Según los fundadores, un pañal Kniti dura fácilmente para dos niños y supone un ahorro de unos 1000 € en comparación con los pañales desechables. El sistema de pañales se complementa con el llamado papel para excrementos, que sirve como filtro para las heces y está diseñado para facilitar el lavado.
En su propuesta, los dos fundadores exigieron 400.000 euros por una participación del diez por ciento, lo que generó fuertes críticas. "Tengo que despertarlos", dijo Jannah Ensthaler, quien calificó la valoración de "audaz". Carsten Maschmeyer también consideró la exigencia significativamente excesiva, pero admiró la valentía de los fundadores: "La valoración fue un completo fracaso, pero es valiente".
Miller-Feigl y Nowak defendieron el valor de su empresa: Incluso en la primera ronda de financiación, antes de entrar en el mercado, Kniti estaba valorada en tres millones de euros. El pañal es solo el principio, enfatizó Nowak. Su tecnología también podría utilizarse en áreas como la incontinencia, la menstruación, los pantalones térmicos para perros o incluso en el sector automotriz. Un fabricante de automóviles ya ha mostrado interés.
Pero esta visión aún era demasiado lejana para algunos leones. Dagmar Wöhrl comentó: «Ni siquiera sé cuándo recuperaré la inversión».
Al final, solo quedó Judith Williams, quien expresó su interés con la condición de que los fundadores aceptaran una valoración más baja. Finalmente, se llegó a un acuerdo: 400.000 € por un 15 % inicial, más un modelo de regalías según el cual Williams recuperaría la mitad de su inversión mediante la venta de productos. Posteriormente, se añadiría un 15 % adicional mediante hitos.
Pero el acuerdo fracasó después de grabar el programa.
Al ser preguntados, los fundadores explicaron: «Tras intensas conversaciones, decidimos conjuntamente no continuar con el acuerdo alcanzado durante la transmisión. Durante el intercambio, quedó claro que nuestra dirección estratégica no estaba lo suficientemente alineada».
Han sucedido muchas cosas desde la grabación, según afirman los fundadores. Actualmente se encuentran en una importante ronda de inversión, cuyo cierre está previsto para septiembre. Además, el enfoque se ha centrado cada vez más en el sector B2B, en particular en aplicaciones para la incontinencia, donde ya se han puesto en marcha proyectos piloto iniciales.
El corazón del producto, el hilo patentado, también está cerca de su fin: «Todavía no, pero vamos por buen camino. Ya hemos recibido información de que nuestra idea es patentable, y solo nos falta el último paso. Nuestro objetivo es finalizar la patente este año».
Los dos fundadores esperan que la retransmisión televisiva aumente la visibilidad: «Queremos demostrar que existe una alternativa funcional y cotidiana a los productos desechables. Una solución que simplifica la sostenibilidad sin complicar la vida cotidiana».
businessinsider