5 pueblos que seguro no conocés para descubrir el fin de semana largo
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Algunos pueblos mantienen su esencia, a pesar de todo. Y en el fin de semana de Carnaval, que se extiende del 1° al 4 de marzo, sus clásicas propuestas abren los días feriados para aquellos que prefieren la soledad a la muchedumbre enardecida. Este es el caso de los cinco lugares elegidos.
Ciertos parajes se vanaglorian de su falta de visibilidad y rehúyen a los visitantes. Algunos de sus pobladores, incluso, no quieren difusión. La industria del turismo para que traiga bienestar y desempolve viejas glorias, de la mano del turismo.
Ireneo Portela es una de las tres localidades del partido de Baradero cercanas a la ciudad cabecera, junto con Valentín Alsina y Santa Coloma. Los 23 km de la ruta provincial 38 que van desde Baradero hasta Portela, entre praderas onduladas, son parte del atractivo para alcanzar este pueblo, que atrae a grandes y chicos al mojón que volvió a darle vida al pueblo, El Almacén-Bar El Embudo.
El loteo original fue dispuesto por la familia Guevara Lynch, que podría haberle dado nombre al pueblo: de hecho aún hoy, siguiendo el camino principal, asoma la tranquera de la estancia Santa Ana; no se puede pasar, pero allí vivió sus veranos Ernesto Guevara en la casa de su abuela, Ana Lynch. El pueblo fue bautizado con el nombre de un amigo de la familia, el doctor Ireneo Portela, importante y destacado médico nacido en la ciudad de Buenos Aires en1802. También ocupó cargos como diputado de la Legislatura en 1834 y 1836 y Senador Provincial, siendo muy destacada su vida política y pública.
Portela, hoy declarado pueblo histórico con 500 habitantes, es sede de la primera Escuela Rural Nicolás Avellaneda más conocida como escuela de la Bellaca en el paraje La Higuera, y de postas y estancias como la de Santos Gómez donde pasó San Martín y su ejército en su marcha a San Lorenzo.
Pero como dijimos, es el Almacén y Restaurante El Embudo de Germán Goyenespe el que le insufló nuevos bríos a este pueblo olvidado. En plena pandemia, luego de quedar varado en Paraguay como camionero, decidió reabrir el negocio, legado de su abuelo y papá, Carlos, “a pesar de que él decía que lo cierre, ya que la gastronomía te hace un poco esclavo. Pero aprendí a caminar en este negocio. Además quería un cambio de vida y hacer algo por mi pueblo”, explica.
El fin de semana extendido de Carnaval servirá sus clásicas picadas, vacío al horno, milanesas napolitana con fritas, bondiola de cerdo con puré de batatas y algún plato del día de corrido, ideal para motoqueros y amantes de la bicicleta que no saben de horarios fijos.
Volviendo a Baradero, a mitad de camino en el medio de la nada, no puede dejar de conocer la Pulpería El Torito, reabierta hace ya casi dos años como almacén con despacho de bebidas y restaurante, los fines de semana. Allí ofrecen un asado espectacular de Sebastián Misenti, quien junto con su pareja Natalia Acuña, se pusieron al hombro la vuelta al ruedo de este paraje histórico. Desde lejos, se divisa una construcción de tipo colonial español hecha en altura adrede para ser vista por las ondulaciones de esta zona de la pampa, de paredes de ladrillos asentados en barro y adobe, con pisos de pinotea y ladrillo, conservada a pesar de los años.
La más antigua reserva histórica del partido fue fundada en 1880 a la vera del Camino Real por donde transitó Manuel Dorrego en 1828 y Ladislao Gutiérrez y Camina O’Gorman, en 1848. Siempre hay una guitarra sonando de grupos de la ciudad cabecera, cuna de músicos. Y hablando de eso, para los que no quieren tranquilidad sino fiesta, este fin de semana se celebra en Baradero la 50° Fiesta Nacional de Música Popular Argentina, que se realizará entre el 28 de febrero al 3 de marzo. La programación de este año contará con artistas de renombre nacional que asegurará una propuesta variada para todos los gustos. El viernes, los asistentes podrán disfrutar de las presentaciones de Sergio Galleguillo y Luciano Pereyra. El sábado, el Chaqueño Palavecino será el protagonista; el domingo, Soledad y Valeria Lynch brindarán su talento; y el lunes, la banda Un poco de ruido cerrará el ciclo. Además, cada una de las jornadas contará con la participación de los ganadores de la Final Nacional del Pre Festival Baradero 2025, así como con los elegidos para la Consagración de la Peña Oficial, lo que asegura una oferta de talento local y emergente.
En el partido de San Andrés de Giles, a 100 km de Buenos Aires en dirección a Luján y a 4 km de la RN7, el tiempo parece detenerse en este pueblo que todos insisten en llamar Cucullú a pesar de acentuarse distinto.
El pueblo de 1800 habitantes concentra en unas pocas cuadras todos sus atractivos: la panadería Santa Teresita, el Club Atlético Cucullú de 1929, la capilla de 1960, la escuela N°5 y el Almacén Casa Gallo, la estrella del lugar. Allí el tiempo se detiene entre paredes de ladrillo a la vista con antigüedades o en el patio con el primer molino que dio agua a las cuatro casas que había cuando se fundó. Nacido en 1898 cuando el inmigrante Juan Simón Cucullú cedió una parcela de sus tierras para la estación del entonces Tranvía Rural, que luego fue Federico Lacroze, más adelante Ferrocarril Central Buenos Aires y luego F.C General Urquiza. En su derredor se formó el caserío.
Aquí se celebra la Fiesta del Hornero, que no es del pájaro y su casita de barro sino del trabajador del horno de ladrillos artesanales hechos con barro aplastado durante horas. En los alrededores del pueblo se ven algunos de estos hornos y sus ladrillos dispuestos en forma de pirámide para que el viento se cuele dentro de las pilas y las seque, junto con el calor del fuego.
“El fin de semana de Carnaval abriremos viernes, sábado, domingo y lunes mediodía y noche, sirviendo nuestros platos del día más los tradicionales bifes de chorizo con papas fritas con huevos fritos, las pastas como los canelones de verdura, sorrentinos mediterráneos o ñoquis, y la ya tradicional comida de nuestro chef armenio, que son las koftas o chorizos de carne picada bien condimentada con papas fritas, ensalada y una salsa alioli. Y de entrada, lehmeyun”, cuenta Rodolfo Fito Gallo, tataranieto del fundador del boliche que también sirve comida para celíacos correctamente separada del resto para evitar la contaminación cruzada.
Fito compró elementos de remates porque muchos muebles estaban irrecuperables cuando llegó: reabrió luego de más de un año de obra en 2018 y logró que todo fuera de época: las heladeras, las vitrinas, algunas botellas que asoman por aquí y por allá. El resultado es imperdible. Queda en Acceso 9 de Julio y La Mariposa.
A veces, solo a veces, esos pocos kilómetros que separan a los diversos pueblos de la provincia de Buenos Aires de la ruta hacen que el aislamiento sea total. Empezando por la señal del celular, que se pierde irremediablemente. Tal es el caso de Gaynor, un pueblo de 500 habitantes en el partido de Exaltación de la Cruz, a unos pocos kilómetros de la ruta N° 8.
En el rectángulo verde que es Gaynor se suceden la escuela primaria y el jardín de infantes, la capilla San Cayetano de los años 80, que abre cuando va el cura una vez por mes, el Circuito Aeróbico, la plaza de juegos infantiles, los dos paseos ecológicos y la escuela agropecuaria para jóvenes. Creció mucho, se ven casas nuevas, muchos se quedaron a vivir luego de la pandemia.
Como un imán, el olor de los deliciosos costillares que preparan Nicolás Cucchi Coleoni y Leonardo Dal Maso (egresado del IAG) y el resto de las especialidades dulces que elaboran su hermana Romina y Gabriela Teglia, hacen de Un galpón en los Leones una parada ineludible en este paraje que abrirá sábado, domingo y lunes de Carnaval.
Ofrecen un menú de pasos generoso que se sirve en el jardín de la casa, que se brinda a los comensales con abundancia y cariño, ese que poseen también Mario Dal Maso, papá de Romina y Leonardo y cabeza de lanza al mudarse a este lugar hace 15 años. Escabeches, empanadas fritas de carne cortada a cuchillo, matambre de cerdo al limón en cocción larga en el chulengo sobre puré de zanahorias con curry, costillar al asador con papas fritas y ensaladas y diez postres diferentes, más una gran variedad de pastas caseras. A 10 km de allí, El Campito ofrece alojamiento en sus dormis con mucho espacio en pleno campo.
Elena Gaynor de Duggan donó parcelas para la construcción de una parada del Ferrocarril Central Argentino -a 14 kilómetros de la cabecera del distrito de Exaltación de la Cruz: Capilla-, para que llevara el nombre de su padre, Diego. Así nació el paraje Diego Gaynor como lo conocemos hoy, una estación perdida sin trenes ni silbatos, salvo en las noches fantasmales, ubicada en el antiguo camino de Buenos Aires a Pergamino, a más de 30 años del cierre del ramal, en 1992. Hoy la vía de los trenes muertos sirve para ciclistas y caminantes que unen una estación con otra.
“Gran cantidad de ciclistas vienen de Buenos Aires. Les hago sándwiches de fiambre en el momento con pan fresco: somos una de las paradas populares del circuito de caminos rurales de la zona”, cuenta Betty Carelle, dueña de Almacén El Descanso sobre la Avenida Lazzaro, último mojón para recomendar en este pueblo remoto.
Muy cerca de allí, en Azcuénaga, se encuentran los recomendables restaurantes Le Four y La Porteña; y en San Antonio de Areco el Boliche de Bessonart y Corazonada: todos ellos valen la alegría del viaje, solo para conocerlos.
“Propuse el proyecto Nueva Corinema en 2017 en la antigua fábrica de ladrillos y tejuelas abandonada, Patrimonio Histórico y Cultural de la ciudad de Mercedes, que durante años dio vida al apacible pueblo rural de Altamira: lo visualicé y hoy felizmente es una realidad. Contempla un complejo donde la gastronomía, la hotelería y el viñedo conviven con la naturaleza”, cuenta José María Yanes, el arquitecto de la estrella del pueblo, la exfábrica Corinema, de túneles casi mágicos, hoy reconvertida al turismo.
Ariel Achilli, su padre Franco y toda su familia recibirán a los visitantes el fin de semana de Carnaval en los bellísimos túneles y en un circuito diseñado por los viñedos con los primeros frutos de Malbec, Marselan, Merlot, Cabernet Franc, Pinot Grigio y Sauvignon Blanc
“La idea es recorrer la fábrica copa en mano, conocer las entrañas de los túneles junto con una propuesta de gastronomía regional de picada con fiambres de la zona y empanadas de ossobuco al Malbec”, cuenta Ariel. Abrirá sus puertas al turismo viernes y sábados por la tarde noche de 19 a 22 y domingo, lunes y martes al mediodía.
La fábrica forma parte de este pueblo de calles de tierra con higueras, ciruelos y durazneros que aún dan frutos, familias que producen fiambres, licores y conservas, y una huerta orgánica. Declarado pueblo turístico, a menos de 100 km de Buenos Aires y a 10 de Mercedes por la RN 5, hace poco abrió el restaurante de la estación de tren Entre vías, en la antigua estación de tren, que también ofrecerá sus especialidades al fuego de leña en esas fechas.
Altamira nació lindero a las vías de la ex compañía General de Ferrocarriles Buenos Aires, luego General Belgrano. El primer silbato del tren sonó en 1908, de su mano vino la urbanización de un puñado de manzanas que hoy hacen de centro.
Otras opciones son Lo de Curly y el Almacén de Puri, además de distintas parrillas.
A 10 km, los Carnavales de Mercedes tendrán lugar del 28 de febrero al lunes 3 de marzo a partir de las 21. La avenida 29 será el escenario principal del desfile, donde 11 agrupaciones, entre batucadas, murgas, carrozas y comparsas harán sus diversas presentaciones, para toda la familia. Eso para los que quieren fiesta, porque la esencia de estos pueblos es mantener sus tiempos lentos de almacén, de siesta, de almuerzos largos: su tranquilidad.
Según los mapuches, Tapalqué significa lugar de bañados y totoras. Para los tehuelches, en cambio, se refiere a la gente que viene andando. Ambas cosas son ciertas porque la toponimia refleja la belleza de este pueblo a 280 km de Buenos Aires sobre la ruta provincial 51, un poco más lejos de lo habitual, lo que hace que el desenchufe sea aún mayor. Si a esto se le suman las termas para pasar un fin de semana a puro spa antes de comenzar el año, la propuesta es por lo menos original.
La síntesis del pueblo sería campo, comida rica, un balneario arbolado de varias hectáreas, kilómetros de costa para pescar e historia: eso es lo que ofrece esta localidad, con sus 17 ha de termas, a 15 minutos del centro de Tapalqué.
Para aquellos que quieran celebrar el Carnaval igualmente, el Balneario y su escenario ofrece espectáculos artísticos culturales, variedad de propuestas recreativas para toda la familia, visitas guiadas, patio gastronómico y patio de artesanos. Cuenta con natatorio, fogones, hornos de barro, canchas de básquet, vóley y bochas.
En el Camping Municipal hay servicios de baños, duchas, luz eléctrica, agua caliente, parrilla y fogones. Acampar es una aventura, el sonido del agua del arroyo hace que el ambiente sea aún más placentero bajo una arboleda inmensa y lugar para 300 carpas y todos los servicios.
Los amantes de la pesca disponen de 5 kilómetros, desde el Club de Pesca hasta el salto de Piedras Don Regino hacia el norte. El ritual empieza temprano cuando las primeras cañas tocan el agua y el mate se vuelve protagonista. Hacia el sur, la orilla recorre una distancia similar que cuenta con un paseo de bicisendas que concluye en una pista de ciclismo.
Tapalqué tiene propuestas de alojamiento como el Hotel Cooperativo ubicado sobre la Avenida Principal, al que se suman complejos de cabañas y pequeñas hosterías y casas de alquiler.
Los atractivos culturales son otra opción para visitar: el museo muestra parte de la cultura originaria, arqueológica, paleontológica que plasma la historia desde la fundación del pueblo, pero también la de toda la región.
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