Nueva York anuncia el cierre del centro de inmigrantes del famoso hotel Roosevelt
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En los dos últimos años fue el lugar al que llegaban familias migrantes buscando un techo, asistencia legal o médica; el mismo sitio de fachadas de estilo renacentista italiano que antes sirviera de set a películas hollywoodenses o fuera el lugar de banquetes y reuniones de los más altos políticos de Nueva York. El centro de procesamiento en el centenario hotel Roosevelt, donde se atendió a más de 173.000 migrantes y solicitantes de asilo desde 2023, cerrará antes de junio, anunció este lunes el alcalde de la ciudad, Eric Adams.
Cuando hace tres años comenzaron a llegar a la Gran Manzana un promedio de 4.000 inmigrantes cada semana, muchos arribaron desprovistos de comida, ropa para el frío, un lugar donde dormir o escuelas para sus hijos y terminaron recibiendo ayuda en los salones del Roosevelt. El flujo era de tal magnitud que en ese tiempo se ganó el sobrenombre de “la nueva Ellis Island”, en referencia al histórico puerto de entrada de la ciudad para cientos de miles de migrantes a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Ahora el anuncio del cierre de hotel llega casi a modo de victoria para el Gobierno local, que en un comunicado lo definió como “un hito importante” entre todas las medidas que está tomando la ciudad de Nueva York para hacer frente a la inmigración.
“Gracias a las acertadas decisiones políticas de nuestro equipo, podemos anunciar el cierre de este centro y ayudar a un número aún mayor de solicitantes de asilo a dar los siguientes pasos en su viaje y vislumbrar un futuro aún más brillante, ahorrando al mismo tiempo millones de dólares a los contribuyentes”, aseguró Adams en la nota de prensa. Además de cerrar el centro de procesamiento del Roosevelt, el alcalde también anunció que cerrará el albergue para inmigrantes ubicado en el mismo hotel.
Más de 232.000 migrantes han llegado a la ciudad desde la primavera de 2022, cuando los gobernadores republicanos de Estados como Texas empezaron a enviar autobuses fletados de inmigrantes a las llamadas ciudades santuario, jurisdicciones gobernadas en su mayoría por demócratas que se niegan a cooperar con las autoridades federales de inmigración. Sin embargo, según datos del Ayuntamiento, el ritmo de llegadas ha disminuido considerablemente desde entonces y en los últimos meses la media se ha situado en aproximadamente 350 personas por semana. Si el pasado mes de enero había 69.000 migrantes registrados bajo el cuidado de la ciudad, hoy hay menos de 45.000, es decir, unos 24.000 solicitantes de asilo menos bajo su cargo.
De todos ellos, destaca el comunicado de la alcaldía, el 80% ya han dado “los siguientes pasos en sus viajes”, aunque no se aclara qué rumbo ha tomado la mayoría de estas personas. Además, un alto porcentaje ha solicitado o recibido permisos de trabajo.
El cierre del Roosevelt se suma a la clausura de 53 centros de acogida de inmigrantes y otras instalaciones entre junio de 2024 y este año. “La transferencia prevista de las funciones de admisión del hotel Roosevelt a otras zonas del sistema, junto con los cierres previstos de otros 53 centros de acogida de emergencia para junio, refleja la dedicación del Gobierno de Adams para hacer frente a una crisis internacional y apoyar a los solicitantes de asilo en su camino hacia el sueño americano”, señaló el Ayuntamiento en el comunicado de este lunes.
Todo ese esfuerzo, según las autoridades locales, se ha traducido en el ahorro de más de 5.200 millones de dólares, que viene como anillo al dedo con el propósito de figuras como Elon Musk, enfrascado con su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) en eliminar cualquier gasto público que considere innecesario.
El propio Musk la emprendió hace unos días contra los gastos millonarios que Nueva York destina a hospedar a “ilegales” en hoteles de alta gama, cuando en realidad eran fondos para casos de desastre en el país. Luego de la acusación que el magnate presentó sin pruebas, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ordenó de inmediato la suspensión de más de 80 millones de dólares que se destinaban a costear alojamientos y otros servicios para inmigrantes en la ciudad.
A modo de respuesta ante la imprevista suspensión de fondos, “sin aviso ni explicación”, la ciudad de Nueva York presentó una demanda contra la Administración de Donald Trump, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Seguridad Nacional por el cese de un dinero asignado por el Congreso el año pasado. “Pese al hecho de que FEMA había revisado y aprobado las solicitudes afines de la ciudad, y emitido los pagos, los acusados agarraron el dinero sin ninguna consideración por los procesos administrativos adecuados”, sostiene la demanda.
Aunque se desconoce qué sucederá con los inmigrantes que recibían ayuda o algún tipo de orientación en los salones del Roosevelt, Molly Schaeffer, la Directora Ejecutiva de la Oficina del Alcalde de Operaciones de Solicitantes de Asilo, aseguró en el mismo comunicado que “su trabajo en este centro de ayuda humanitaria está lejos de haber terminado”. “Nuestros equipos y socios comunitarios siguen comprometidos a servir a todos los que llegan a nuestro cuidado”, dijo. No obstante, resaltó que el cierre del hotel en el centro de Manhattan es “un testimonio del tremendo trabajo que se ha hecho hasta la fecha mientras seguimos firmemente centrados en nuestra misión”.
Sin embargo, a las organizaciones defensoras de inmigrantes les preocupa que los inmigrantes no tengan o no sepan a dónde deben acudir en busca de ayuda una vez cierre el Roosevelt. “Es más una cuestión de cómo se está planificando esto y cuál es el despliegue y cómo vamos a educar a las personas que todavía necesitan apoyo que se encuentran actualmente en la ciudad de Nueva York”, señaló Murad Awawdeh, director ejecutivo del New York Immigration Coalition, a The Wall Street Journal.
También resulta alarmante que el cierre de albergues coincida con la cruzada antiinmigrante de Donald Trump, cuya Administración ha presionado al regidor demócrata para que se alinee más con la agenda migratoria del republicano. Los dos han cultivado en los últimos meses una estrecha relación, y hace dos semanas el Departamento de Justicia pidió el sobreseimiento del caso federal de corrupción contra Adams.
EL PAÍS