Tres tercios XXV-II-MMXXV
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I
Tremendo final el del México Open at Vidanta World, ya que se definió hasta el segundo hoyo de desempate entre dos jugadores prácticamente desconocidos, que seguramente habrán de generar innumerables triunfos en el futuro ante la calidad mostrada.
Si bien el estadunidense Brian Campbell había tenido que batallar a lo largo de 187 torneos del PGA Tour en las diferentes categorías, sin obtener un solo triunfo, finalmente, a los treinta y un años, lo ha conseguido con una buena dosis de suerte, ya que su tiro de salida en el segundo hoyo de desempate claramente iba para afuera, pero, finalmente, la diosa fortuna le hizo un favor, la pelota pegó en un árbol y regresó al campo, de ahí jugó por nota y se impuso con el trébol de cuatro hojas en la bolsa.
Nuevamente, Campbell escribe una historia de resiliencia y superación, obtuvo su tarjeta del PGA Tour en 2017 y, al no tener éxito, la perdió, siguió jugando mini tours, el Korn Ferry, pensó en dejar el profesionalismo y, a pesar de ello, insistió, y ahí los resultados. Un gran torneo, evento y un gran final.
II
Ha iniciado el Abierto Mexicano de Tenis Telcel, un evento del que Grupo Imagen ha sido socio comercial hace dos décadas, un torneo que pone muy en alto a nuestro país, pues el bello puerto de Acapulco, Guerrero, está muy golpeado por mater natura con los huracanes Otis y sus terribles vientos, así como John y su gran cantidad de agua, y ya ni hablar de los pésimos gobiernos municipales y estatales que han diezmado ese hermoso destino.
Felicito a los amigos de Mextenis, que, contra viento y marea, han echado para adelante, en tiempos complejos de pandemia, de desgracias naturales, el apoyo a la población acapulqueña, que, gracias a este extraordinario evento tenístico, ha logrado subsistir por la enorme derrama económica que genera. Un increíble evento deportivo con un amplio sentido social.
III
En la vida, cuando las cosas se hacen con pasión y afición, los resultados no se hacen esperar. Debo admitir que le tengo una gran admiración a Rodrigo Barroso, a quien sus cercanos le apodan Chancla, pues es un compendio de amor a la crianza del toro de lidia, misma que heredó de su querido abuelo, don Luis Javier Chacho Barroso Chávez, y de su padre, Luis Javier Barroso Rivera. El abuelo, ganadero de prosapia, que fundó Las Huertas, jamás imaginaría que el nieto recuperaría la sangre brava en su rancho, homenajeándolo, para seguir la línea ganadera. El enorme triunfo del domingo en la Plaza México con el indulto de Hechicero es una retribución a la gran afición y cariño con el que Rodrigo ha asumido su compromiso ganadero.
Mi más cariñosa enhorabuena.
excelsior