'Mihura, el último comediógrafo', la historia detrás del estreno de 'Tres sombreros de copa'

«Es lamentable que esta comedia no haya sido hasta ahora presentada al gran público y, aunque esperamos que el T. E. U. repita en breve la experiencia de anoche, de desear sería que, venciendo la resistencia del autor, el cual considera su obra como 'nacida antes de tiempo', es decir, antes de que madurara el gusto de los espectadores en esa dirección humorística, alguna compañía profesional se decidiera a montarla y animarla, El alborozo del público de anoche, en el Español, no deja al propósito lugar a dudas, y la importancia del éxito nos hace pensar que Miguel Mihura se equivoca cuando piensa que es pasada la oportunidad de contrastar, desde otros escenarios, y ante públicos diversos, los valores de su comedia».

Son palabras de Luis Calvo, entonces crítico teatral de ABC, en el periódico del 25 de noviembre de 1952; la noche anterior se había estrenado en el Teatro Español 'Tres sombreros de copa', una obra que Mihura, su autor, había escrito veinte años antes y que en su día nadie se atrevió a estrenar. Lo hizo el TEU (Teatro Español Universitario) bajo la dirección de Gustavo Pérez Puig.

Sobre aquella noche, historia del teatro español, gira la comedia 'Mihura, el último comediógrafo', escrita por el jovencísimo dramaturgo Adrián Perea y dirigida por la igualmente joven Beatriz Jaén. Ve la luz hoy jueves en Nave 10 de Matadero, con un reparto que integran David Castillo, Esperanza Elipe, Esther Isla, Rulo Pardo, Kevin de la Rosa y Álvaro Siankope. Siete actores para los 31 personajes que tiene la obra.

Adrián Perea (autor, entre otras obras, de 'Hasta Palomares' y 'Los chicos de Baker-Miller') asegura que esta función es «un homenaje al teatro, a sus oficios, a nuestra historia y, sobre todo, a la de Miguel Mihura. Un hombre cuya vida siempre estuvo vinculada al humor y al teatro. Un teatro que le dio todo lo que le podía dar, aunque aquello llegará tarde, sumamente tarde».

'Tres sombreros de copa' es, dice Perea, «una especie de autoficción; se ha hablado mucho de que era precursora del teatro del absurdo, pero él no quería escribir nada absurdo». En la obra, de hecho, Miguel Mihura vuelca experiencias y vivencias propias, como su infancia, que pasó entre camerinos -su padre era un conocido actor y empresario teatral-; su enamoramiento de una bailarina o su colaboración con la compañía de Carlos Alady,

Beatriz Jaén confiesa que no era fan de Miguel Mihura, pero tras esta puesta en escena se ha hecho preguntas que antes no se hubiera hecho. Entre ellas cómo miramos hoy a Mihura y cómo son hoy en día las obras de Mihura. La directora ha llevado la función a la chácena del Teatro Español. «La obra es también un homenaje a los cómicos y cómicas de nuestras tablas». «Se puede soñar y reír de todo -sigue la directora-. Eso es lo escandaloso del asunto. Y hay personas que asumen ese riesgo. Frente a lo insoportable, siempre queda la posibilidad de reírse y seguir soñando. Eso hizo Miguel Mihura con su escritura ingeniosa y valiente en los momentos más críticos que ha vivido nuestro país».

En la obra, Adrián Perea separa a Miguel de Mihura; aparece Miguel, el joven soñador que quiere comerse el mundo y aparece Mihura, el hombre desencantado. Hay elementos reales de su biografía y otros inventados. «No le he dado importancia, tenía más interés en contar historias que en escribir una biografía». Cree el dramaturgo que sus obras han envejecido más por el contexto -«aunque hay algunas muy modernas»- que por ellas mismas y por su forma». De hecho, en su escritura ha querido acercarse a la forma de escribir de Miguel Mihura y ha hecho un homenaje al texto original de 'Tres sombreros de copa'. «Ojalá el público salga con ganas de leer la obra, y a Miguel Mihura, de nuevo», concluye Perea.