El enigmático altar que contiene huesos de un niño (y no es maya como se creía)
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Un grupo de arqueólogos en Guatemala ha desenterrado un altar pintado de aproximadamente 1.700 años de antigüedad en la ciudad maya de Tikal, que contiene al menos cuatro esqueletos, incluyendo el de un niño.
Sorprendentemente, este altar no fue construido por los mayas, sino por artesanos de Teotihuacán, una antigua metrópolis ubicada a más de 965 kilómetros de distancia, cerca de la actual Ciudad de México, informa Live Science.
El altar, descubierto en una casa de estilo teotihuacano, presenta cuatro paneles decorativos que muestran figuras con tocados y barras nasales, similares a deidades conocidas como el "Dios de la Tormenta" en el centro de México. Las imágenes, en tonos rojos, naranjas, amarillos y negros, coinciden con las técnicas utilizadas en los murales de Teotihuacán.
Presenta cuatro paneles decorativos que muestran figuras con tocados y barras nasales, similares a deidades conocidas como el "Dios de la Tormenta"
Este hallazgo sugiere una presencia activa de Teotihuacán en Tikal durante un período de conflicto entre ambas ciudades. Según los investigadores, líderes adinerados de Teotihuacán podrían haber llegado a Tikal y creado réplicas de instalaciones rituales de su ciudad natal, dejando una fuerte impronta en la cultura local.
Tikal, que floreció entre el 600 a.C. y el 900 d.C., comenzó a interactuar con Teotihuacán alrededor del año 300 d.C., pero la relación se volvió rápidamente conflictiva. En la década de 1960, se descubrió una talla de piedra de 378 d.C. que describía la probable conquista de Tikal por Teotihuacán. Otros restos cercanos sugieren un período prolongado de conflicto entre ambas ciudades en los siglos siguientes.
Las excavaciones que llevaron al descubrimiento del altar comenzaron en 2019. Como fue hallado dentro de una casa de estilo teotihuacano indica que las élites de Teotihuacán mantenían una presencia en Tikal durante ese período. El descubrimiento proporciona nuevas perspectivas sobre la naturaleza de las relaciones entre Tikal y Teotihuacán, y cómo las influencias culturales y políticas de una ciudad poderosa podían extenderse y manifestarse en regiones distantes.
Un grupo de arqueólogos en Guatemala ha desenterrado un altar pintado de aproximadamente 1.700 años de antigüedad en la ciudad maya de Tikal, que contiene al menos cuatro esqueletos, incluyendo el de un niño.
El Confidencial