Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Entre la experimentación más obvia y el clasicismo sentimental: así son los debuts en la dirección de Kristen Stewart y Scarlett Johansson

Entre la experimentación más obvia y el clasicismo sentimental: así son los debuts en la dirección de Kristen Stewart y Scarlett Johansson
Festival Cannes
Crítica

Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Kristen Stewart e Imogen Poots, en el rodaje de‘La cronología del agua’.
Kristen Stewart e Imogen Poots, en el rodaje de‘La cronología del agua’.

Los estrenos en la dirección de Kristen Stewart y Scarlett Johansson han confirmado no ya que cada una se deba a su público (joven, fashion y queer el de la primera; más clásico, maduro y sentimental el de la segunda); también que sus universos creativos son directamente antagónicos. Si Stewart presentó hace unos días su ópera prima como directora, La cronología del agua, con un nervioso y seductor “Y ahora veamos la jodida película”, Johansson recordó el martes con su imponente presencia —y en la misma sala Debussy del festival de Cannes— que su trabajo trata de “amistad, dolor y perdón”, temas que, añadió, “ojalá importasen más estos días”.

Ambas actrices sí coincidieron en una cosa: estrenar sus óperas primas en Cannes es “un sueño hecho realidad”. La cronología del agua y Eleanor the Great concursan en la sección Una cierta mirada, y ambas optan al premio a la Cámara de Oro. Al igual que Urchin, debut del actor británico Harris Dickinson sobre un sintecho en las calles de Londres, una película que nació de la propia experiencia del actor (el guion también es suyo) como voluntario en trabajos sociales con gente sin hogar y toxicómanos.

Kristen Stewart en el 'photocall' de 'La cronología del agua', en el Festival de Cannes.
Kristen Stewart en el 'photocall' de 'La cronología del agua', en el Festival de Cannes.MOHAMMED BADRA (EFE)

La película de Stewart, producida por Ridley Scott, es una adaptación de Mecánica de fluidos, memorias de Lidia Yuknavitch sobre cómo su infancia, marcada por los abusos sexuales y la violencia de su padre, la llevaron de adulta a una espiral de autodestrucción. Pese a sus logros, su forma experimental acaba resultando muy obvia y redundante en su fragmentación.

En total, son dos horas de sufrimiento en los que vemos a su protagonista (interpretada por Imogen Poots) intentar asimilar las heridas de su tortuosa infancia. La relación del personaje con la natación (en el agua de niña se sentía a salvo) es muy interesante y la película tiene una intensidad que por momentos funciona. Pero hay demasiada autoindulgencia en su corriente de imágenes, sensaciones, frases y recuerdos y al final la lista de desgracias (violaciones, azotes, un bebé que vemos nacer muerto, sadomasoquismo, adicción a la heroína…) acaba anestesiando la emoción del espectador. Poots está muy bien, y ver a Kim Gordon (Sonic Youth) dándole al látigo tiene su morbo. Aunque el mejor personaje de la película es el profesor y escritor que interpreta Jim Belushi.

Scarlett Johansson en la proyección de su película 'Eleanor the Great' den el Festival de Cannes, este martes.
Scarlett Johansson en la proyección de su película 'Eleanor the Great' den el Festival de Cannes, este martes. MOHAMMED BADRA (EFE)

Eleanor the Great, la ópera prima de Scarlett Johansson con guion de Tory Kamen es una película formalmente opuesta y con una protagonista también en las antípodas. Eleanor está interpretada por la anciana June Squibb, quien, a sus 95 años, compone un personaje que pasa de simpática y contestona abuelita a algo mucho más doloroso y profundo. El filme, divertido y sentimental, trata del duelo de Eleanor por su mejor amiga, Bessie, con la que convivía en Florida desde que ambas enviudaron, y de su amistad con una joven estudiante de periodismo (Erin Kellyman) que acaba de perder a su madre.

Cuando Eleanor se ve obligada a volver con su hija y su único nieto a Nueva York (“esta película también es un carta de amor a esa ciudad”, dijo Johansson) se acaba convirtiendo en una impostora a lo Enric Marco que usa la memoria del Holocausto (su amiga Bessie era una superviviente) para tapar su duelo y soledad. Su amistad con la joven estudiante se construirá sobre esa mentira. La fabulosa interpretación de June Squibb y la enorme ternura hacia su personaje convierten el debut de Johansson, más convencional que el de Stewart, pero más abierto a todo tipo de público, en una interesante apuesta. Si en Stewart hay una voluntad autoral a lo Terrence Malick, Johansson se mueve más en el terreno de la comedia sentimental amable pero inteligente.

EL PAÍS

EL PAÍS

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow