Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Juan Arturo Brennan: Homenaje a la gramola

Juan Arturo Brennan: Homenaje a la gramola

Juan Arturo Brennan

M

ientras un número sustancial de “periodistas de espectáculos” y “críticos de medios” (las comillas son mías y muy mal intencionadas) dedican esfuerzo, teclado, sudores y suspiros a glosar sobre el significado profundo y trascendente del color naranja en la más reciente iteración de Taylor Swift, color que según ellos es exuberante y acogedor, está lleno de vibraciones positivas y es todo bondad, el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han propone una mirada aguda y reflexiva sobre un asunto sonoro y musical ciertamente más interesante y relevante. En su libro No-Cosas: Quiebras del mundo de hoy, Han analiza el creciente desapego de la sociedad actual hacia los objetos tangibles que nos anclan, nos definen y construyen nuestra memoria del mundo físico, mientras nos despeñamos hacia el abismo de lo virtual e inexistente. El capítulo final de No-Cosas se titula Una digresión sobre la gramola (otro nombre para definir a ese noble aparato que es la rocola o sinfonola) y en él, el autor hace una serie de iluminadoras reflexiones sobre su tesis central, en la que señala que el mundo se está quedando sin cosas, para llenarse de información falsa, mentirosa, tendenciosa e irrelevante.

Un leve accidente bicicletero ocurrido en el barrio berlinés de Schöneberg deja al filósofo frente al peculiar universo de las gramolas, al toparse con una tienda llamada Jukeland. ( Jukebox es la palabra inglesa para la gramola). El fortuito encuentro lleva a Han a realizar un viaje interno en el tiempo, para remontarse a la época del auge de estos artilugios. De inmediato, detecta lo sensual en el aspecto visual de la gramola, cuyo diseño compara con el de algunos coches antiguos. Fascinado, compra la gramola que más le ha llamado la atención y la instala en su austero departamento, en el que los únicos otros muebles son un piano de cola, en el que practica incesantemente el Aria de las Variaciones Goldberg de Bach, y una mesa. Procede entonces a considerar aspectos diversos del vacío y el silencio, y define a este último como una forma intensa de atención, que es subvertida a diario, a todas horas, por doquier, por la intrusión de una sociedad ruidosa, excesiva, verborreica e incontinente: vivimos rodeados de cosas que impiden y/o destruyen el silencio.

La contemplación de su recién adquirida gramola lleva a Byung-Chul Han a ver en ella una cautivadora presencia luminosa, el reflejo de cuyas luces en la oscuridad de la habitación parece producir una sensación casi erótica; la gramola ofrece a quien la mira y la escucha una experiencia visual, auditiva y táctil. Es aquí donde Han aborda la parte central de su discurso en este capítulo conclusivo de su libro No-Cosas: confrontar el sonido material, corpóreo y presente de la gramola versus lo incorpóreo, plano y ausente del sonido digital en todas sus manifestaciones.

Aquí, anexo esta observación mía: lo deprimentes que son las gramolas modernas alimentadas con discos compactos frente a las tradicionales que manejaban de manera hipnótica los añejos discos de 45 revoluciones por minum. De ahí a las gramolas que reproducen fríos y homogéneos archivos digitales hay sólo un paso. El filósofo procede a maravillarse (y disfrutar) del hecho de que su gramola funciona con el ruido de las cosas: la caída de las monedas insertadas, el mecanismo de selección y colocación de lo discos analógicos, la música misma y, por extensión, el scratch, el hiss y los pops tan inevitables como entrañables. En el trayecto de su discusión, Byung-Chul Han se refiere con frecuencia al Ensayo sobre la jukebox de Peter Handke, del que extrae algunos puntos en común con sus propias ideas. Entre éstas, una de las más sugestivas es aquella de que la gramola es un autómata con presencia física, mientras Alexa y sus congéneres no son más que infómatas vacíos y ausentes.

En suma, lo que Han propone en No-Cosas y en particular en el capítulo Una digresión sobre la gramola es ni más ni menos que una defensa de lo sólido y lo tangible en contra de una sociedad de lo descorporeizado, lo digital y lo virtual. Eso sí: la selección de las playlists que suenan en las gramolas de loncherías, antros, bares, cantinas y congales ya es harina de otro costal, y no es un tema menor.

jornada

jornada

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow