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Ya está la pericia caligráfica sobre el testamento de Sarlo: el dato que vale oro en la sucesión

Ya está la pericia caligráfica sobre el testamento de Sarlo: el dato que vale oro en la sucesión

La pericia caligráfica sobre los manuscritos presentados por el encargado Melanio Alberto Meza López, del edificio de Hidalgo 140 donde Beatriz Sarlo vivió hasta su muerte, ya está presentada en el expediente de la sucesión. La razón por la cual no se ha revelado su contenido es que el juzgado actualmente a cargo no lo ha sustanciado. Pero no se trata de una dilación de la jueza Cecilia Kandus, a cargo del Juzgado Nacional Civil Nº 24. Precisamente fue la magistrada que ordenó el inventario de todo los bienes del departamento de la difunta ensayista y el cambio de la cerradura.

El departamento de Beatriz Sarlo queda en la calle Hidalgo 140. Foto: archivo Clarín.El departamento de Beatriz Sarlo queda en la calle Hidalgo 140. Foto: archivo Clarín.

Esta medida había sido solicitada por quien inició en febrero último el juicio sucesorio de Sarlo: su exmarido Alberto Sato (de quien nunca se divorció legalmente pero de quien estaba separada de hecho hacía 50 años). Sato lo hizo cuando en el expediente sucesorio se presentó el encargado Melanio Alberto Meza López, con dos manuscritos atribuidos a Sarlo, donde lo dejaba “a cargo” de su departamento y de su gata Nini.

El juez Carlos Goggi, del Juzgado Nacional Civil Nº 91, ante la presentación de Alberto Meza –como lo llamaba Sarlo– excluyó a Sato y su abogado apeló, tras lo cual la Sala E de la Cámara Civil lo “rehabilitó”. Tras esa medida, Goggi se excusó de seguir en la causa, por lo que la pericia que sí se había realizado entonces no tuvo curso ni traslado a ninguna de las partes.

La medida de la Cámara motivó que el juez Goggi se excusara de continuar con el sucesorio, tras lo cual pasó al juez Fernando Cesari, titular del Juzgado Nacional Civil Nº 60. Este magistrado también se excusó dado que la madre médica de Agustín Lipovsek, abogado de Sato, atendió a los hijos del juez. Pero a su vez, el abogado había trabajado en ese Juzgado.

Cesari invocó “razones de decoro y delicadeza”, pero la Cámara le devolvió el expediente por no hallar razones de “violencia moral”. Así fue como la causa llegó a manos de la jueza Cecilia Kandus, en el Juzgado Nacional Civil Nº 24 y ahora retornó al juez Cesari.

Habrá que ver si el abogado de Meza o el de Ernestina del Río, prima hermana de Sato, que apareció en el juicio la semana pasada, insisten en la recusación a Cesari para sostener la causa en manos de la jueza Kandus.

La pericia

La pericia caligráfica echaría luz sobre los documentos de Sarlo en poder de Meza López. Si especulamos –siempre a partir de lo que nos dice el Código Procesal y la jurisprudencia– se puede deducir que la pericia arrojaría si la letra de los documentos manuscritos que posee el portero pertenece a la ensayista fallecida.

Beatriz Sarlos en un programa televisivo de los años 90. Foto: archivo Clarín.Beatriz Sarlos en un programa televisivo de los años 90. Foto: archivo Clarín.

La perito habrá analizado la validez de la firma comparada con otros documentos, y podría incluir otros detalles vinculados con el estado anímico de la firmante. Pero eso no se aproximaría a la validez de dichos documentos como “testamento ológrafo”. Esa decisión corresponde exclusivamente al juez que continúe con el juicio sucesorio.

Además, por distintas pruebas que seguramente los demás litigantes acompañarán al expediente (si no lo hicieron ya), se tendrá que demostrar en qué estado de salud firmó Beatriz Sarlo el supuesto testamento ológrafo. El supuesto testamento no tiene un año. Solo dice al inicio “9 de junio” seguido de un garabato que no se entiende como año.

Por ejemplo, sin referirnos puntualmente a Sarlo, una persona que no está en pleno uso de sus facultades por una enfermedad mental, no puede firmar un testamento ológrafo válido. Esto está sometido a prueba y serán Sato y Del Río quienes tendrán que ocuparse de sumar –si ese hubiera sido el caso de Sarlo– la historia clínica de la autora de No entender: Memorias de una intelectual, así como de citar testigos del círculo íntimo de Sarlo que puedan echar luz sobre más información indispensable para el juez de la causa, a la hora de validar o no el manuscrito de la ensayista como testamento de puño y letra.

De todos modos, la complejidad de esos documentos reside en que no hay claridad en cuanto a qué transmitió Sarlo a Meza. Ningún derecho real, como el usufructo por ejemplo, puede transmitirse de esa forma. Requieren escritura pública. Y si dejarlo “a cargo” significa comodato, se trata de una modalidad contractual laxa que puede concluirse en cualquier momento por voluntad del mandante o sus herederos legítimos.

El comodatario no paga alquiler, por ejemplo, pues el comodato es gratuito. En ese caso, Meza López no tendría derecho a disponer del departamento, pero si a usarlo. Todo esto librado a la apreciación del juez.

Beatriz Sarlo en su estudio. Foto: Jorge Noro, gentileza.Beatriz Sarlo en su estudio. Foto: Jorge Noro, gentileza.

Heredar o estar a cargo

Para pasar en limpio: Sarlo dejó al encargado Meza López “a cargo” de su departamento de la calle Hidalgo 140 y de su gata Nini. El hombre tenía acceso a la vivienda con un juego de llaves.

Un breve perfil de Meza López, quien se ha llamado a un hermético silencio luego de chatear con varias personas, arroja que tuvo por lo menos dos parejas previas con quienes no tuvo hijos. Con una tuvo un vínculo de 11 años, con la segunda, cinco años. Con ninguna logró tener hijos. Según los vecinos, siempre dispuestos a hablar en el anonimato, ambas querían ser madres. Ahora, con una tercera pareja, Melanio acaricia el sueño de ser padre pues la muchacha está embarazada.

Todavía falta saber qué acción tomará el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad. En un gobierno como el de Jorge Macri que viene de recuperar más de 340 inmuebles públicos y privados de manos de ocupantes ilegales, el Procurador General está expectante.

Fotografía de archivo del 1 de diciembre de 2017 de la periodista, escritora y ensayista argentina Beatriz Sarlo en una entrevista en Alicante (España). EFE/ Manuel LorenzoFotografía de archivo del 1 de diciembre de 2017 de la periodista, escritora y ensayista argentina Beatriz Sarlo en una entrevista en Alicante (España). EFE/ Manuel Lorenzo

Y en medio de las candidaturas a herederos de Sarlo, allí está Niní, su amada gata, esperando saber quién será finalmente su humano responsable. Por ahora, está en manos del portero. Quien herede finalmente el departamento de Hidalgo 140, en Caballito, tendrá que “hacerse cargo” de Niní. Esperemos que no haya otro juicio por ella.

Clarin

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