Neurólogo recomienda cinco hábitos para vivir más y mejor: ‘Nada cambia si no se empieza’
El reconocido neurólogo Conrado Estol compartió una guía práctica para mejorar la calidad y la duración de la vida a través de cinco hábitos respaldados por la ciencia.
En su análisis, resaltó la importancia del descanso adecuado, la actividad física, la alimentación equilibrada, la gestión del estrés y la decisión consciente de comenzar con cambios sostenidos. “Nada cambia si no se empieza”, enfatizó el médico, quien advirtió que el envejecimiento puede retrasarse adoptando comportamientos simples pero consistentes.
Dormir bien: el descanso como terapia antienvejecimientoPara Estol, el sueño es el pilar más subestimado de la salud. “Dormir siete u ocho horas no es un lujo: es salud. Durante la noche el cerebro elimina toxinas y el corazón descansa”, explicó.
El neurólogo detalló que el descanso insuficiente afecta la memoria, el ánimo y el sistema inmunológico, mientras que dormir en exceso también puede ser un signo de desequilibrio físico.
“El cuerpo humano no necesita dormir más de nueve horas. Si alguien lo hace de manera regular, puede ser una señal de que algo no está funcionando bien”, sostuvo.
Además, señaló que con la edad se pierde la capacidad de mantener un sueño profundo. “A los 40 años ya no dormimos como a los 18, cuando uno podía descansar 13 horas seguidas sin moverse. Es parte de la biología, pero dormir bien sigue siendo posible con hábitos adecuados”, agregó.

Dormir el tiempo necesarios es muy importante para el rendimiento y salud diaria. Foto:iStock
El neurólogo fue categórico al afirmar que “el ejercicio no es opcional”. Según explicó, la actividad física regular estimula la regeneración neuronal y protege la salud cardiovascular. “El músculo activo libera factores que regeneran neuronas. Moverse mejora la memoria, el ánimo y la longevidad”, sostuvo.
Estol destacó que mantener la fuerza muscular, especialmente en las piernas, es uno de los principales predictores de supervivencia. “La fuerza de los cuádriceps está directamente relacionada con la mortalidad. Quien conserva fuerza en las piernas tiene más probabilidades de recuperarse ante una enfermedad o una internación”, afirmó.
El especialista advirtió que el envejecimiento se acelera con la inactividad. “No dejamos de hacer ejercicio porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de hacer ejercicio”, explicó. Además, señaló que a partir de los 40 años, la capacidad pulmonar y la masa muscular comienzan a disminuir, por lo que es fundamental incrementar la actividad física. “Si a los 80 o 90 años uno quiere subir una escalera sin ayuda, debe moverse hoy. Correr, caminar o subir escaleras: todo cuenta”, insistió.

Recuerde mantener su cuerpo en movimiento. Foto:iStock
“La comida es medicamento”, afirmó Estol. El neurólogo recomendó una alimentación inspirada en el modelo mediterráneo, que incluye frutas, verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutos secos. Según explicó, estos alimentos reducen la inflamación, protegen las arterias y previenen enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
“La dieta mediterránea es la única que ha demostrado disminuir no solo el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares, sino también de cáncer”, destacó. En contrapartida, advirtió sobre el consumo de productos ultraprocesados: “Si uno no come sano, aunque sea delgado, está dañando sus arterias y acortando su expectativa de vida”.
Estol recomendó priorizar alimentos frescos y sin etiquetas. “Hay que comprar comida que no tenga ingredientes impresos: verduras, frutas, legumbres, carnes blancas. El cerebro, aunque representa solo el 2 % del peso corporal, consume el 20 % de la energía del cuerpo, por eso necesita buena nutrición”, precisó.

Una alimentación balanceada. Foto:iStock
“El estrés crónico envejece más que los años”, advirtió Estol. Explicó que el exceso de estrés altera las hormonas, eleva la presión arterial, aumenta el colesterol y puede favorecer la formación de coágulos. Sin embargo, no todo estrés es necesariamente dañino. “Cuando se percibe como algo que estimula o motiva, no incrementa la mortalidad. Depende de la estructura psicológica de cada persona”, explicó.
El especialista recomendó incorporar técnicas simples como la respiración profunda, la meditación o las pausas conscientes durante el día. “Respirar, meditar o simplemente detenerse cambia el cuerpo por dentro. Cuidar la calma es cuidar el corazón y el cerebro”, enfatizó.

Maneje el estrés. Foto:iStock
Como cierre, Estol insistió en que ningún cambio es posible sin acción. “Nada cambia si no se empieza. Cada día es una oportunidad para elegir mejor: dormir más, moverse, comer bien, respirar profundo”, subrayó.
Para el neurólogo, la juventud no depende de la edad biológica, sino de la actitud ante la vida. “La juventud no es una edad: es una actitud”, afirmó. En su mensaje, alentó a las personas a tomar conciencia de que la longevidad no es un destino, sino una construcción diaria basada en decisiones simples y sostenibles.
Más noticias en EL TIEMPO*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y un editor.
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