Entre flores de cempasúchil y pan de muerto: ¿Cómo celebrar el Día de Muertos en México como un local?
El Día de Muertos es una de las festividades mexicanas más reconocidas a nivel mundial. Usualmente se celebra los días 1 y 2 de noviembre, aunque en varias ciudades del país norteamericano se realizan eventos, exposiciones y presentaciones culturales y musicales durante todo el mes.

El Día de Muertos es muy popular a nivel mundial. Foto:Cortesía.
Esta festividad, además, está reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y cada año atrae a miles de visitantes que desean probar el pan de muerto y rodearse de flores de cempasúchil para honrar a sus seres queridos.
Algunos momentos clave de esta fecha son el Gran Desfile del Día de Muertos, en la Ciudad de México, que recorre desde la Puerta de los Leones hasta el Zócalo, o La Gran Ofrenda, que transforma las calles con altares y color.
De acuerdo con Jaime Ulloa, gerente general de Viajes Circular, cada año se registra un mayor interés de los viajeros colombianos en visitar México durante esta época.
“El Día de los Muertos no solo es una celebración visualmente impactante, sino una experiencia profundamente espiritual que conecta al visitante con la historia, el arte y la identidad del pueblo mexicano”, agrega.

Oaxaca. Foto:Cortesía.
La plataforma de tours Civitatis invitó a guías expertos mexicanos, quienes explican cómo se puede vivir esta tradición con autenticidad y magia nocturna, y comparten sus recomendaciones para disfrutarla como un local.
CDMX: una noche escalofriante con Diego Rivera
La experiencia comienza en el Museo Anáhuacalli, un recinto de piedra volcánica diseñado por Diego Rivera. Este lugar se convierte en un tributo a la vida y la muerte, presentando un altar monumental dedicado a un artista mexicano.
Los visitantes pueden explorar sus bóvedas, donde las ofrendas y piezas arqueológicas se exhiben entre flores de cempasúchil y copal. Posteriormente, la celebración continúa en Xochimilco: a bordo de una trajinera, se recorren los canales al ritmo de leyendas escalofriantes, mientras se degustan tamales, chocolate caliente y pan de muerto.
Oaxaca: una “Muerteada” nocturna
Este huateque se realiza cada 1 de noviembre en Etla, un pintoresco pueblo oaxaqueño. Su tradicional Muerteada es una procesión nocturna con más de 80 años de historia, donde los habitantes, ataviados como diablos, curas, doctores y espiritistas, representan con humor y emotividad el regreso de los difuntos al mundo de los vivos.
La actividad recomendada por los guías locales es realizar una degustación previa de antojitos oaxaqueños, como chocolate, pan de muerto y tamales.

Este pan puede estar relleno de nata o puré de taró. Se acompaña de café amargo o chocolate. Foto:iStock
Puebla: para celebrar con “las manos en la masa”
El pan de muerto es un elemento emblemático de toda ofrenda y una de las mejores formas de vivir esta tradición es participando en un taller en la capital poblana para aprender a hornearlo.
“Mientras se amasa la mezcla de harina, mantequilla, naranja y azahar, se descubren las curiosidades de este panecillo: sus ‘huesitos’ simbolizan los restos de los difuntos, la bolita central representa el cráneo y el azúcar espolvoreada evoca la dulzura de la vida. Al finalizar el taller, cada participante disfruta de su propia creación recién salida del horno, acompañada de una taza de chocolate”, explica Marcos Sánchez, experto guía de Civitatis ubicado en Puebla.
Esta fecha no se vive de la misma forma en todas las regiones de México. En Huaquechula, un pequeño municipio al suroeste de Puebla, las casas se abren para recibir a los visitantes y compartir los alimentos preparados para las almas. Más al norte, en Cuetzalan, enclavado en la sierra, los globos de papel se elevan al cielo como mensajes de despedida. Y en Chignahuapan, el Festival de Luz y Vida ilumina las noches para guiar el regreso de los difuntos.

La agenda para celebrar Día de Muertos incluye actividades como concursos de disfraces. Foto:Hollywood Forever
“Cada lugar tiene su forma de celebrar, pero todos comparten esa unión profunda entre la vida y la muerte que hace tan única a esta tradición mexicana”, concluye Marcos Sánchez, guía mexicano.
ANGIE RODRÍGUEZ - REDACCIÓN VIAJAR - @ANGS0614
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