"Renoir": Después de "Plan 75", la directora Chie Hayakawa cuenta la historia de una joven abandonada a su suerte en un Japón perturbador.

La directora japonesa continúa el trabajo cinematográfico que inició con "Plan 75", una mezcla de reflexión social y narrativa íntima, con una nueva y sorprendente película inspirada en su propia infancia.
Tres años después del Plan 75 , una película distópica inspiradora , el director japonés Chie Hayakawa regresa Con Renoir, una película muy personal que indaga en la existencia de una niña de unos diez años, hipersensible y soñadora, abandonada a su suerte porque su padre está hospitalizado y su madre está ausente con frecuencia. En competición en el Festival de Cine de Cannes de 2025, Renoir se estrena en cines franceses el 10 de... septiembre.
1987, en las afueras de Tokio. Fuki, 11 años. De unos años, está sola en casa, en un apartamento oscuro. Es verano. Su padre, con cáncer, está hospitalizado. Entre dos visitas al hospital, la pequeña se dedica a sus quehaceres. Actividades más o menos acordes con lo que se esperaría de una niña de esta edad: sacar la basura a riesgo de encontrarse con la gente equivocada, ver un vídeo con una sucesión de niños llorando, responder a desconocidos en una plataforma de citas telefónicas...
Fuki posee una hipersensibilidad que le permite adivinar o percibir cosas que otros no pueden ver. Tiene un don para comunicarse a través del pensamiento, tanto con los vivos como con los muertos.
La niña ejercita sus talentos jugando a las adivinanzas con su madre, su padre o incluso con su compañero de juegos. También ofrece sus servicios a almas perdidas, en sesiones de hipnosis que abren las puertas al misterioso mundo de los adultos.
Tras imaginar una sociedad japonesa en un futuro próximo en la que se anima a las personas mayores a terminar con su vida en un proceso regulado por las autoridades, el director japonés de 48 Esta vez ha realizado una película mucho más personal, inspirada en su propia infancia, marcada por la pérdida de su padre, que también sufrió cáncer y se quitó la vida.
Aunque no pretendía hacer una película autobiográfica, la directora afirma haber recurrido a las emociones que sintió de niña : la soledad, la culpa por no sentir empatía por su padre, pero también un miedo difuso . Al intentar comunicarse con lo invisible, Fuki parece buscar una salida a la incomunicación que caracteriza a su familia y a los adultos en general.
/2025/05/13/renoir-photo-3-68231e738d0bd663559841.jpg)
Entre un padre enfermo que jamás expresa sus sentimientos ni sus miedos, y una madre evasiva, la niña se refugia en un mundo imaginario, al que se aferra para soportar la indiferencia de los adultos. Su optimismo hacia ellos, su deseo de forjar vínculos, de comunicarse con los demás, su capacidad de esperanza son tan fuertes que se convierte en presa fácil de los desquiciados.
Al situar su historia a finales de la década de 1970, En 1980, la directora no solo quería anclarlo en su propia infancia. Japón se encontraba entonces en pleno desarrollo económico y también fue la época, según la directora, en la que «se impuso el modelo de familia nuclear y las relaciones humanas se volvieron más superficiales. Fue una época en la que se instaló una difusa sensación de vacío», explica.
Los años La década de 1980 también estuvo marcada por la apertura de Japón al resto del mundo. Chie Hayakawa recuerda haber insistido a su padre para que le comprara una reproducción de La pequeña Irene , el cuadro de Renoir del que « se podían encontrar réplicas de sus obras en muchos hogares».
Este guiño a su infancia dio título a la película. «La conexión con la pintura o el pintor no va más allá», confiesa la directora. «Estas reproducciones se habían convertido en un símbolo de la admiración japonesa por Occidente y del deseo de alcanzarlo».
El director japonés confirma una auténtica firma cinematográfica. Con una fotografía en tonos suaves donde resaltan los toques de color, tomas refinadas en las que cada detalle está pensado, desde los decorados hasta la vestimenta de los personajes, incluyendo la elección del encuadre, siempre acertada, el director logra retratar los sentimientos y las relaciones reprimidas dentro de esta familia donde los dramas se tejen en silencio, tras la aparente suavidad de su existencia.
Del mismo modo, destaca agudamente las desviaciones que operan en la sociedad japonesa, en una puesta en escena que sugiere más que subrayar los fenómenos observados, las emociones mantenidas en reserva por personajes encerrados en su soledad o en sus neurosis.
/2025/05/13/renoir-photo-1-68231eef83328451432903.jpg)
La joven actriz Yui Suzuki asume aquí su primer papel importante con una intensidad inusual. Encarna, con una mezcla de fantasía, poesía y gravedad, el papel de una niña en busca de conexión, en equilibrio entre el mundo de la infancia y el de los adultos, tan atractivos como peligrosos.
Para darle respuesta, una figura del cine japonés contemporáneo, el actor Hikari Ishida, figura en particular en el cartel de la película del director Kore-Eda, Un asunto de familia , Palma de Oro en Cannes en 2018.
Género: Drama Director: Chie Hayakawa Protagonistas: Yui Suzuki, Lily Franky, Hikari Ishida País: Japón Duración: Salida 2h : 10 de septiembre de 2025 Distribuidor : Eurozoom Sinopsis : Tokio, 1987. Fuki, 11 años De años, vive entre un padre hospitalizado y una madre abrumada y ausente. Un verano suspendido comienza para Fuki, entre la soledad, rituales extraños e impulsos infantiles. El retrato de una niña con una sensibilidad extraordinaria, que busca conectar con los vivos, los muertos y quizás consigo misma.
Francetvinfo