Festival de Aix-en-Provence, “Don Giovanni” con el corazón abierto

Se dice que, justo antes de morir, uno vuelve a ver la vida entera en una fracción de segundo. Esto es lo que le sucede a Don Giovanni, a menos que sea el Comendador, a menos que sea la fusión de los dos personajes en la nueva producción de Mozart que inaugura el festival de Aix. Víctima de un infarto, el héroe deambula como un fantasma, convirtiéndose en el juguete de la trama —y de su ayuda de cámara Leporello en una inversión de poderes— y dejando de ser su fuerza impulsora. Robert Icke así lo decidió, sumergiendo todo el espectáculo en una atmósfera oscura y gris, cuyo decorado, como la conciencia y el inconsciente, parece un aparcamiento, lamentablemente sin un coche que aporte un toque de movimiento…
La Croıx