Jacquemus en la Orangerie de Versalles, mi estación favorita

" Es cuando se enfrenta a la adversidad cuando está en su mejor momento, cuando es más 'Jacquemus'", nos dijo un invitado al desfile de moda de verano de 2026, presentado el domingo por la tarde en la Orangerie de Versalles. De hecho, hace diez años, cuando algunos críticos sentían que había tocado techo de cristal, considerándolo más un influencer que un diseñador, Simon Porte Jacquemus sacó de su sombrero provenzal Les Santons (verano de 2017), que fue su "punto de inflexión". Desde entonces, su nombre ha dado la vuelta al mundo y su empresa ha crecido considerablemente, pasando de ser una empresa pura a una consolidada. Sin embargo, en los últimos meses, sobre todo debido a la difícil situación económica para todos, y más aún para los autónomos, los críticos han vuelto a la carga... Y el diseñador provenzal de 35 años ha vuelto a presentar un desfile que los ha dejado atónitos. Y su colección es probablemente la más lograda.

Independiente, pues, y vale la pena repetirlo, pues es una excepción en este mundo de lujo. Y, sin embargo, no tiene nada de qué avergonzarse comparado con los desfiles de las grandes marcas. Bajo el sol de Versalles, sus invitados se hidratan con hidromiel en los senderos de la Orangerie mientras contemplan los jardines. En la "zona de fans" diseñada por la marca, los jóvenes gritan a todo pulmón al ver a las celebridades (Laetitia Casta, Armand Duplantis, Aya Nakamura, Matthew McConaughey, Pierre Niney...), relajadas y vestidas como para una boda, con suaves vestidos de popelina y ligeros trajes de algodón.

Una vez que el público se sienta en la fresca y austera galería, un niño de 8 años, descalzo y vestido de blanco, recorre los 150 metros hasta la escalera y abre la imponente puerta de madera que da acceso a los maniquíes. Una alegoría de la infancia del diseñador, que trae a sus espacios, impregnados de gran historia, a los personajes fantasiosos de su infancia, inspirados en fotografías familiares de sus abuelos, hortelanos del sur de Francia, en los campos y durante las cosechas de los años cincuenta y sesenta.

Simon Porte Jacquemus demuestra un innegable talento para la narración. Pero no cabe duda de su sinceridad, tan conmovedor es el momento, tanto en la ingenuidad de la puesta en escena (con una maravillosa banda sonora de Ennio Morricone) como en la gran elegancia de su silueta, que reinterpreta la idea de un armario antiguo —delantales, chales, manteles, bordado inglés...— en una obra moderna de corte, drapeado y diseño. La ropa, especialmente favorecedora, las alpargatas renovadas, los charms de cuero con trenza de ajo, los bolsos de líneas limpias, siempre con este detalle gráfico al estilo Jacquemus, deberían permitir que nuestro francés recoja pronto los frutos de su mejor temporada.