"Si prohibimos fumar en las terrazas, los clientes no vendrán más", advierten desde la profesión.

"Una gran parte de nuestra facturación depende de las terrazas. Generamos una media del 30% de nuestro negocio gracias a ellas", recordó Franck Trouet, director general del Groupement des Hôtelleries et Restaurations de France (GHR), en RMC este miércoles.
Para él, la idea de prohibir fumar en las terrazas es una amenaza directa: «Si las prohibimos, dejarán de venir. Y hoy en día, cada cliente cuenta. Estamos en serios apuros. Es un debate de salud pública, sin duda, pero sobre todo un debate de libertades», opina. El economista y columnista de Estelle Midi reconoce el «placer irracional» de fumar en las terrazas y admite que una prohibición podría hacerle reconsiderar su deseo de sentarse, o no, en ellas.
"¡Toda mi juventud fue una nube de humo! Cuando les decías: '¿No puedes parar?', respondían: 'Es mi derecho'". La presión social recaía sobre quienes no fumaban, recordó Jacques Legros, ex presentador del informativo TF1.
La preocupación ha aumentado desde el decreto francés del 1 de julio que prohíbe fumar cerca de escuelas, parques y playas. Más allá de nuestras fronteras, España busca prohibir fumar en las terrazas.
El gobierno del socialista Pedro Sánchez ha presentado un proyecto de ley que prohíbe fumar y vapear en numerosos espacios públicos: terrazas, parques, alrededores de colegios, paradas de autobús, conciertos y piscinas al aire libre. «Hoy damos un paso importante en la lucha contra el tabaquismo», enfatizó el martes la ministra de Sanidad, Mónica García.
El proyecto de ley también prevé reforzar la prohibición de la publicidad y prohibir el consumo de tabaco a menores. Sin embargo, aún deberá pasar por la tramitación parlamentaria, y su aprobación no está garantizada.
Para los profesionales, las terrazas representan uno de los últimos espacios de convivencia entre fumadores y no fumadores. «No queremos otra prohibición», insiste Franck Trouet. Pero los clientes no fumadores no siempre comparten esta opinión. Pamela, diseñadora gráfica, cree, por el contrario, que «fumar en las terrazas priva a los no fumadores de su libertad».
"Afecta directamente a la salud de quienes no eligieron exponerse. Todos deberían poder disfrutar de los espacios públicos sin perjudicar a los demás. Una prohibición reequilibraría esta libertad", explicó a Estelle Midi .

Francia alcanzó un nuevo hito este verano. A partir del 1 de julio de 2025, está prohibido fumar en parques y jardines públicos, playas, en las inmediaciones de escuelas, institutos y centros de educación secundaria, en marquesinas de autobús y zonas de espera de transporte público, así como en piscinas, estadios e instalaciones deportivas.
Se imponen multas de entre 135 y 750 € por infracciones. Sin embargo, las terrazas de cafeterías y restaurantes siguen excluidas del programa, una decisión criticada por varias asociaciones antitabaco, que la consideran una falta de valentía política.
RMC