Los residentes de Atenas están preocupados por la amenaza del turismo excesivo

Aceras invadidas por restaurantes, el ir y venir de maletas con ruedas deslizándose entre cubos de basura repletos, la música a todo volumen, el griego Giorgos Zafeiriou ya no reconoce el corazón histórico de Atenas donde se congregan los turistas.
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Su barrio de Plaka "está amenazado por el turismo excesivo", se lamenta este hombre que vive allí desde hace más de tres décadas y preside la asociación de vecinos.
«Es el barrio más antiguo de Europa habitado de forma continua desde la Antigüedad. No podemos permitir que pierda su esencia», añade Lydia Carras, directora de la asociación para la preservación del medio ambiente y el patrimonio cultural Ellet.
Apodado el "Distrito de los Dioses", Plaka está ubicado debajo de la Acrópolis, hogar del Partenón, un templo del siglo V a. C. visitado por casi 4,5 millones de turistas en 2024.
Todo el mundo pasea por este laberinto de pintorescas calles adoquinadas con aires de pueblo, repletas de cafés, tabernas, tiendas de recuerdos, pequeñas iglesias bizantinas y restos antiguos y otomanos.
Este año se esperan 10 millones de visitantes, dos millones más que el año pasado, en la capital griega, que conoce un éxito creciente.
Desde el final de la pandemia de COVID-19, Atenas se ha convertido en un destino en sí mismo, y ya no sólo un punto de tránsito entre el aeropuerto internacional y el cercano puerto de El Pireo, para viajes en barco a las islas del Egeo.
En una tienda de recuerdos, el vendedor Konstantinos Marinakis se frota las manos.
"Grecia finalmente está mejorando gracias a la buena salud del turismo, que ha ayudado a reactivar la economía del país y a crear empleo", insiste.
Atenas "se encuentra ahora entre las diez ciudades más visitadas del mundo", aseguró con satisfacción a la AFP su alcalde, Haris Doukas, en una entrevista.
SaturadoSin embargo, el alcalde reconoce que "hay zonas como Plaka que están saturadas de turistas".
"Todavía no estamos en la etapa de Barcelona, pero debemos actuar antes de que sea demasiado tarde", subraya, mientras los indignados habitantes de la ciudad española protestan contra los excesos del turismo de masas.
Recientemente se creó una "unidad de intervención" en Plaka para hacer cumplir las normas, con el apoyo de la policía municipal, en este barrio protegido por un decreto presidencial.
Cualquier vecino que detecte, por ejemplo, que el dueño de un restaurante invade el espacio público con sus mesas o que hay coches aparcados en la acera, puede acudir a reclamar a este equipo municipal.
"Entre 1960 y 1980, Plaka fue invadida por discotecas y bouzoukias (establecimientos que tocaban música tradicional griega, nota del editor)", explica Lydia Carras.
"Muchos residentes ya se habían marchado para entonces", explicó.
Finalmente, en 1993, un decreto presidencial obligó al cierre de estos clubes, a la protección de las viviendas y a especificar el uso de cada edificio del barrio.
Los hoteles pueden abrir en Plaka, pero solo en calles específicas. «Sin embargo, estas regulaciones se están eludiendo», afirma Dimitris Melissas, abogado especializado en urbanismo. «Casas enteras se están convirtiendo en varios apartamentos que se alquilan en plataformas de alquiler a corto plazo».
En Plaka, donde sólo viven 2.000 personas durante todo el año, los turistas pueden ser hasta cuatro veces más numerosos en verano, dice Melissas, aunque no existen estadísticas oficiales, ya que el censo se realiza a nivel de ciudad.
En nombre de Ellet, el abogado llevó el asunto al Consejo de Estado sobre la legalidad de 16 edificios reconvertidos íntegramente en alquileres de temporada y que, según él, enmascaran de hecho establecimientos hoteleros, porque disponen de recepción o sirven el desayuno en la terraza.
JurisprudenciaLa decisión, prevista para septiembre, podría sentar un precedente.
Para todo el centro de Atenas, donde el número de alquileres vacacionales ya superó los 12.000 en 2024, lo que provocó un aumento sin precedentes de los alquileres, el gobierno conservador votó para prohibir el registro de nuevos apartamentos en plataformas de alquiler a corto plazo durante al menos un año.
"Pero cuando leo anuncios en el periódico que proponen invertir en apartamentos convertibles en Airbnb, dudo de la eficacia de esta medida", comenta Dimitris Melissas.
"El problema en Grecia no es aprobar leyes, sino hacerlas cumplir", concluye el abogado.
LE Journal de Montreal