En el planeta Fabregas: nueva mentalidad, mucha intensidad, atención al detalle. Así vuela Como
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A la hora de remodelar el gimnasio del centro deportivo de Mozzate, Cesc Fábregas puso todo su empeño en una cosa: O mejor dicho, para ser más claro: una orden. Las ventanas debían dar al campo principal de entrenamiento para que los jugadores lesionados, conectados a material para acelerar su recuperación, tuvieran el gol no solo en sus mentes sino también ante sus ojos. Cesc Fábregas es mucho más, pero también es esto: los detalles, el cuidado por el detalle, la obsesión por la perfección. Quizás de ahí quede más claro el origen de frases como “no importa si dominamos una hora y luego perdemos. Prefiero que las derrotas vengan así, porque tarde o temprano ganaremos”. No es arrogancia: es una visión diferente. Y en pocas semanas esos puntos dejados en el camino después de haber controlado o dominado los partidos (Milan, Atalanta, Juventus) se han transformado en grandes éxitos (Fiorentina, Napoli).
Detrás del crecimiento exponencial del Como, en el campo y en el proyecto del club, está el trabajo del técnico español que llevó al equipo a la Serie A, dándole una identidad precisa y luego llevándolo desde la zona de seguridad a esa especie de colchón que separa a los que luchan por la supervivencia de los que aspiran a una colocación europea. Es lógico suponer que la próxima temporada el Como intentará dar otro salto adelante, pero mientras tanto hay que entender por qué no es un milagro, sino una cuestión de fuerza de trabajo y de ideas (además de dinero, que en esos lares no falta). Lo que se ve sobre el terreno de juego es sólo la consecuencia directa de un plan que empezó en Como hace unos meses pero que Fábregas albergaba desde su etapa en La Masia. Antes del juego hay ideas. Antes del resultado está el camino para intentar obtenerlo. E inculcar la mentalidad adecuada es la primera de las muchas tareas de Cesc. Lo describen como un líder, un motor, un entrenador que cuida todos los aspectos de la vida del club. Es empático, de esos entrenadores por los que irías a la guerra contra cualquier rival porque sabe tocar las fibras adecuadas y porque lo que dice se corresponde con lo que sucede en el campo. Los entrenamientos, habitualmente realizados por la mañana, son muy intensos porque la agresividad es fundamental sobre el terreno de juego. Fábregas habla mucho con los jugadores, explica, entra en detalles, da instrucciones cuyos beneficios son claros para todos los jugadores. Y valorar el esfuerzo. Al día siguiente del partido está previsto un entrenamiento de recuperación, posponiéndose el descanso veinticuatro horas más. Esta vez, tras el éxito ante el Nápoles, se ganó la ovación del grupo concediendo inmediatamente el día de descanso.
Pero sobre el terreno de juego las ideas no son suficientes. Y de hecho el rendimiento del Como ha cambiado con las adquisiciones de enero: tener buen pie y cualidades técnicas son esenciales a cualquier nivel. En la ventana de fichajes de invierno, el club compró ocho jugadores por un total de 57,6 millones de euros: cuarto puesto en Europa por detrás del Manchester City (218 euros), Rennes (74,65 euros) y PSG (70 euros). De los nuevos fichajes, cinco fueron titulares ante el Nápoles: Butez, Smolcic, Valle, Caqueret y Diao, mientras que Vojvoda y Douvikas entraron al final. E incluso en los días previos, cuando los jugadores llegaban y eran alineados por el entrenador, existía la sensación de que después de algunos entrenamientos todos sabían qué hacer: señal de una gran organización. Hay ocho españoles y esto probablemente ayuda a Fábregas a transmitir las directrices de su pensamiento, pero en el juicio general no hay que dejarse influenciar en absoluto por algunas declaraciones o análisis parciales. No es cierto que el Como se centre única y exclusivamente en la maniobra ofensiva, descuidando la fase defensiva. Muchos de los goles encajados (41: quinta peor defensa de la Serie A) llegaron por errores individuales (y sobre todo de los porteros: el principal problema junto con el delantero centro hasta la llegada de Diao) o a balón parado más que por desorden táctico, que de hecho no existe. Como ejerce mucha presión y siempre juega a un ritmo alto. Es peligroso en las transiciones y no tiene miedo de arriesgarse (ver el último cambio contra el Nápoles: entra Cutrone y sale Caqueret en el minuto 27 del segundo tiempo con el marcador 1-1) precisamente porque los departamentos están entrenados para mantener siempre un cierto equilibrio. El proceso de crecimiento ha pasado inevitablemente por errores de ejecución, ingenuidad, oportunidades desperdiciadas y puntos perdidos. Pero en 2025 el Como empató en Roma con la Lazio, goleó al Udinese, ganó en Florencia y superó al Nápoles. Contra Milán, Atalanta y Juve siempre perdieron en casa por 2-1, pero en todas las ocasiones merecieron más. No hay una búsqueda temeraria de la victoria, sino una ocupación progresiva del terreno de juego que empuja al equipo a buscar obstinadamente el éxito: cuando uno se siente en control de la situación, en cambio, es natural avanzar y buscar el gol. Los jugadores creen en Fábregas y creyeron en él incluso cuando los resultados no llegaban. Es difícil para un entrenador obtener una satisfacción mucho mayor que ésta.
La Gazzetta dello Sport