Los Pérez-Osos, una historia con receta familiar
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Tras perder su hogar debido a un fenómeno climático, una familia de perezosos se muda a la gran ciudad, en busca de una nueva vida. Ahí intentarán levantar un nuevo negocio de comida y mantener vivas sus tradiciones culinarias, gracias a un recetario familiar que guardan como un tesoro. Sin embargo, la vorágine e inmediatez de la ciudad trae consigo a personajes que ponen en peligro su nuevo proyecto y quieren apoderarse del recetario que da identidad a los integrantes de esta familia.
Esta es la premisa de la película animada australiana Los Pérez-Osos, dirigida por Tania Vincent, que llega a las salas de México esta semana con las voces de Lolita Cortés, como la villana felina Dotti, Faisy como el joven perezoso Mani, y Mariazel, como la mamá de la familia, Gabriella.
En entrevista con Excélsior, Mariazel habló de del choque entre tradición y modernidad.
Me parece bellísimo que se aborde. Por eso se trata de unos perezosos, que van a cierto ritmo, a cierta velocidad, y la villana, la contraparte, Dotti, es una guepardo, que va rápido, que habla del capitalismo, de hacer dinero, de resolver. Esta familia tiene que entrar en este ritmo para adaptarse, para acoplarse, pero siempre tratando de recuperar esa esencia, esa base”, detalló la actriz que da vida a Gabriella, la mamá de esta familia.
Mariazel recordó a su propia madre justo en la hechura de la comida diaria, que más que sólo alimentar, también era un momento de reunión familiar.
Yo me acuerdo de mi mamá, que hacía el desayuno, dos que tres cosas más y se preparaba para hacer la comida; tres o cuatro horas en las que estar. La comida, y lo muestra esta película, va más allá de alimentar; la comida une a la familia, es un arte. Cocinar es un acto de amor, de generosidad.
Por eso en esta película uno de los puntos más importantes es el recetario, mantener viva esta tradición y por eso Gaby se quiere tomar el tiempo de cocinar y le cuesta, porque le pone su amor. Todo lo que ella es lo quiere imprimir en un platillo”, destacó.
Lolita Cortés, quien es la guepardo Dotti, compartió que el recetario en casa estaba en la memoria de su madre, Dolores Jiménez. Es así que cuando trascendió, se llevó con ella todo ese saber culinario.
Mi madre se fue y se llevó todo lo que tenía en la cabeza, ¡maldita sea! Yo me di cuenta, tiempo más tarde, que me había quedado yo con nada en las manos. La que cocina es mi hermana Lau (Laura Cortés), yo, la verdad, nunca. Mi mamá me prohibía, pero Lau siempre estuvo ahí.
Lau se quedó con todo esto que mi mamá hacía. No hay un recetario como tal, pero el pastel de choclo es lo que nos identifica como familia, ¡es una maravilla! Mi madre, cada vez que decíamos pastel de choclo, se tomaba sus tres horas porque ese pastel es una locura.
Ahora, con esta inmediatez de hacer las cosas, sólo levantas el teléfono y entonces pides tu comida, ya ni siquiera cocinas en la casa, ya la gente ya no quiere cocinar. Hemos perdido mucho eso y eso duele muchísimo”, dijo Cortés, quien reveló que ella gusta de la comida congelada.
Yo nunca le tomé ese amor (a la cocina) y después de que se fue mi madre, me di cuenta que había dado por hecho muchas cosas como que ella estuviera aquí. Esa parte de ‘buenas noches, te amo, cuídate’, ¡ah! lo perdí. Ahora lo estoy tratando de rescatar con mis hijos y con mis nietos”, agregó.
Faisy, quien es Mani, habló de su identificación con la historia.
A mí, yo siempre he defendido lo de la familia disfuncional, porque yo crecí en una. Me encantan los símbolos. O sea, aquí el recetario para mí puede ser un partido de futbol o lo que sea, pues es ese espacio que nos muestra una complicidad en la familia, que puede ser la cocina, pero puede ser otra tradición.
Es importante el asunto de la familia, porque el personaje de Laura, la perezosa de 12 años, también hace familia con sus amigos, que son quienes le ayudan a defender a su familia y a sacarla del problema.
Así que para mí son importantes todos estos símbolos de unidad, de tradición, de la lucha que tiene cada uno, hasta el mismo Mani que de repente nada más está ahí apoyando, pero que termina haciendo su mural, el cual no se atrevía, porque no sabía si le iba a gustar a la mamá ni si le iba a quedar bien”, relató Faisy.
El también conductor de Me caigo de risa sumó que precisamente es cuando se destruye todo lo que esta familia había formado, su casa y su restaurante por años, cuando esto los hace irse a otro lugar, y viene el símbolo entre la madre y la hija, “lo de antes y lo moderno”.
Se puede ver que todo puede vivir en el mismo universo, pero la mano de la comunicación. Hay demasiados mensajes y símbolos que tiene la película que hacen que yo conecte a nivel profesional y personal con mis hijos, mis amigos y mi familia. También habla de procurar a mis amigos, de decirle a alguien ‘gracias’, ‘te quiero’, ‘perdón’ y no sólo en la familia. Creo que todas esas cosas van a hacer que todo sea más sencillo y disfrutable”, concluyó.
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