Robbie Williams, supremo y renovado

Por momentos parece que Better Man es una versión diferente de Nace una estrella, pero sin Bradley Cooper.

Parece una historia verdadera, como la vida de Liam Payne, de One Direction, o alguno de los cantantes del grupo Menudo, en medio de los abusos de drogas y alcohol, en plena fama, a los 21 años.

La peli podría resumirse con frases como: “no importa a que ames tu trabajo, lo importante es que la gente te ame por él” y “me encantaría demostrar que puedo tener éxito solo”. ¿Y quién mejor para remarcarlo que el propio Robbie Williams?

¿Hay una gran diferencia entre ser entrevistado como un cantante famoso y una estrella de cine?

¿El presupuesto? Solíamos ser reyes en la industria de la música y hoy cambió todo. En las viejas épocas podía dar 50 entrevistas en dos días, en vez de una charla por Facebook. En aquel entonces, 50% de los periodistas ni siquiera estaban interesados en lo que yo hacía. Pero esta vez es diferente, porque supongo que compartimos la misma pasión. El otro día, antes de empezar una entrevista alguien se me acercó para avisarme: ‘puse una botella de agua sobre la mesa y te aviso que la abrí yo, para que no pienses que tiene algo raro’. Algo así jamás hubiera pasado en la industria de la música, al menos en Inglaterra, porque si no me hubiera dicho nada hubiera esperado que me pusiera algo.

¿Qué tan Better Man te consideras hoy con tu familia?

Recién le mandé un mensaje de texto a mi esposa. Ella tiene los pies bien sobre la tierra, mientras yo improviso y sólo me fijo si le pegamos a la pelota. Ella es la campeona olímpica de los recuerdos, mientras yo soy todo lo opuesto. Ahora me encanta festejar la Navidad, por mi esposa. Ella es el puro espíritu navideño y agradezco que me haya devuelto las ganas de festejarlo, sin tener que arruinarlo a los niños en otra época hubiera preferido la cocaína en vez de Santaclós.

¿Crees que tu historia pueda generar un cambio en casos como los de Liam Payne?

La idea de Better Man en el cine es una historia humana. Sí, hasta cierto punto, mi historia es única. Pero cualquiera que experimente algún brillo de fama no sale del otro lado diciendo que es un perfecto individuo. Algo pasa. El mundo te rodea y viceversa. No hay escapatoria posible. Con suerte, después de cierto autoanálisis y buena ayuda, se puede cruzar del otro lado como yo, con mis 50 años. 90% de la gente piensa que la fama te va a arreglar la vida, cuando en realidad te genera una crisis existencial. Y hoy, sin pedir perdón por lo que viví, estando del otro lado, sólo puedo desearle la mejor suerte a quienes entren en este mundo. Es emocionante, bastante interesante, algo increíble, pero también tiene un lado bastante oscuro.

¿Qué tan diferente es ahora el mundo, comparado con tu mejor época?

En los años 70, 80 y 90 o la década del 60 y los 50 éramos personas diferentes, con una forma de pensar distinta. No deberíamos culpar a nadie por lo que éramos. Recién empezamos a comprender las enfermedades mentales y lo que genera la fama en la gente. Es todo muy nuevo. Y es bueno que sea parte de una conversación que nunca se hubiera permitido en los años 90 ni principios del año 2000. Me hubieran puesto en ridículo si hubiese sugerido que tengo que tomar antidepresivos. Me hubiesen gritado ‘¿Cómo te atreves a estar triste?’, para no volver a mencionarlo. Hoy se puede hablar y se entiende que no somos ninguna víctima.

¿Qué te gustaría rescatar para la nueva generación?

Yo crecí en los tiempos en que teníamos tres canales de televisión en Gran Bretaña. Recién en 1984-85 tuvimos un cuarto. Y esos canales necesitaban contenidos, pero no eran lo suficientemente grandes como para ofrecerlos 24 horas al día. Y crecí mirando a Fred Astaire, Bing Crosby, Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. La nueva generación probablemente no tenga esa suerte, porque pueden elegir mucho más. Yo no podía. Ésa es la inspiración que tuve y siguen siendo mis referencias.

En Better Man podemos escuchar la voz del protagonista, aunque esté escondida detrás de la imagen de un chimpancé, recreada con los mismos efectos de que utilizaron en King Kong.

Robbie explicó que prefirió que un primate lo interpretara, porque así se ve él mismo en este mundo de las celebridades, que un actor real, quien tendría que haber aguantado la presión de encarnar a una figura importante en la música.

“Me enseñaron que la fama lo soluciona todo... pero solo tiene que ver con recrear las fantasías de los demás. La fama sólo se ve bien en una foto”, reflexiona. “Estoy haciendo lo que puedo para ser una mejor persona”, agrega. Aunque sea una sátira del mundo de la música, no duda en mostrar la intimidad detrás de tres décadas de éxito, incluyendo la difícil relación con su padre, el noviazgo con la cantante Nicole Appleton, la inspiración de She’s The One, y la experiencia de escribir Angels, letra que describe el drama de haber perdido en el mejor momento del éxito a la mismísima abuela, que siempre creyó en él cuando los demás dudaron que Robbie Williams podía conseguir un éxito.

¿En qué momento de tu vida te diste cuenta que no necesitas que la gente te ame por tu fama?

Todavía sigo necesitando que me amen, sigo siendo dramáticamente sensible, aunque no soy tan extremo como lo era. ¿Soy perfecto? No necesariamente. ¿Llegaré a ser perfecto? No. Pero al menos conseguí poner los pies sobre la tierra el día que me casé y tuve hijos. Sin ellos no sé lo que hubiera pasado conmigo o donde estaría. El día que nació mi hija mayor Teddy, que ahora tiene 4 años, dejé el narcisismo atrás. Todos queremos que nos amen, ser escuchados y que nos pase algo bueno. Al menos te diría que mejoré en la medida del déficit o lo severo de mi vulnerabilidad con la que no podía vivir antes.

¿Cómo lograste escapar del lado oscuro de la fama?

Tuve suerte. Tengo los mismos representantes desde hace casi 30 años. Uno de ellos, David Enthoven, ya falleció, pero él fue mi salvador, porque cuando lo conocí llevaba 10 años de sobriedad. Me demostró cómo mantenerme sobrio, a ser responsable y un hombre lo suficientemente maduro. Ésa es la gran razón por la que hoy yo estoy vivo. Muchas personas no tienen la misma suerte. Cuando estás en medio de la profundidad de una adicción y el alcoholismo, no tomas las mejores decisiones y tampoco eliges a las mejores personas a tu alrededor. Yo tuve suerte y me encantaría poder cuidar a quienes llegan hoy detrás mío.

¿Cuál dirías que fue la parte más difícil de revivir con los recuerdos que compartes en Better Man?

La relación que tuve con Nicole Appleton. Todos los demás al menos me hicieron algo y aunque no me pone feliz empujarlos debajo de un tren, ahí van a parar. Pero con Nicole, yo era el villano. Conoció la peor versión de mí. Ella es una buena persona y me cuesta recordarlo siempre, porque todavía me da vergüenza. Yo era el adicto, no ella. Esa parte fue la más difícil. La parte de mi abuela y lo que pasó con mi padre, también lo fue, pero de forma distinta.

¿Ya vio tu familia el filme?

Mi padre todavía no la ha visto. Y es otra parte muy difícil para mí, porque muestra demasiado mi relación con él, cómo fue y cómo la sentí. La versión que se ve con mi madre es tal cual como pasó, pero mi padre seguro que tiene su propia versión. En cierta forma ni siquiera quiero que él la vea y me encantaría que la gente sepa que también es la persona más carismática que puedas conocer y nadie que lo haya conocido pudo evitar enamorarse de él.

¿Te quedó algo por mostrar de tu vida?

Quedó bastante fuera, pero entiendo las razones legales de gente que todavía vive y jamás podría probar lo que hicieron... en un tribunal. Al menos es fascinante todo lo que quedó. Hay tantas historias desde que soy solista, que podríamos filmar la secuela.

Si tuvieras que filmar de nuevo la historia de tu vida dentro de 10 o 20 años, ¿Qué necesitarías para ser mejor persona? ¿Dónde te imaginas en el futuro?

Te diría que mi vida cambió dramáticamente en los últimos cinco años. Supongo que me llevó demasiado tiempo llegar a este lugar, pero fue lo que necesitaba. Cada año, cada día, cada mes, es cada vez mejor y mejor, soy mucho más agradecido y mucho más auténtico, comprendiendo quien soy realmente. Ahora… no sé si ese futuro pueda ser tan interesante como para llevarlo al cine. Tendría que pensarlo.

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