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Una grave amenaza a la salud

Una grave amenaza a la salud

Recientemente nuestro país se vio conmocionado ante las decenas de muertos por una infección bacteriana intrahospitalaria, producto de una contaminación en un medicamento. La bacteria Klebsiella pneumoniae fue la principal causa biológica de los decesos. Esta bacteria fue descubierta por el patólogo alemán Carl Friedländer en 1882, quien observó la bacteria en los pulmones de pacientes fallecidos por neumonía. La aparición en 1929 de la penicilina derivó en antibióticos cada vez más eficientes, y las enfermedades infecciosas bacterianas iniciaron un retroceso. A tal punto se dio ese retroceso, que William H. Stewart, el Surgeon General (una suerte de ministro de Salud) de los EE.UU., afirmó en 1969 ante el Congreso de ese país que la era de las enfermedades infecciosas “estaba llegando a su fin”.

Sin embargo, a partir de la década del 80 comenzaron a aparecer bacterias resistentes a los mismos antibióticos que antes las combatían con éxito. Es el caso de Klebsiella pneumoniae. Día tras día aparecen y se propagan en todo el planeta nuevos casos de resistencia bacteriana a los antibióticos, que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes, tanto en humanos como en animales.

Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, o las enfermedades de transmisión alimentaria, entre otras, son cada vez más difíciles y –a veces imposibles– de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia sobre las nuevas poblaciones resistentes. La Organización Mundial de la Salud coloca a esta resistencia entre las diez amenazas a la salud más graves que enfrenta la humanidad. Esta resistencia bacteriana es, principalmente, consecuencia de un proceso que la biología evolutiva denomina “selección natural”. La selección natural es un fenómeno poblacional y no individual, ya que es una respuesta de la población a los desafíos que le plantea su ambiente, y se explica por cuatro hechos: 1) hay variación en algunas características entre los individuos de una población; 2) la variación es heredable, es decir que los descendientes tienden a parecerse a sus progenitores más que a los individuos con los cuales no están biológicamente relacionados; 3) el mecanismo de la herencia es información acerca del desarrollo de los organismos que está contenida en los genes (ADN) y que pasan de progenitores a descendientes y 4) existe un diferente éxito reproductivo (capacidad de dejar descendientes en la próxima generación) entre individuos que tienen diferentes variantes de una característica, dependiendo del ambiente en el que viven.

En un ambiente determinado, una de las variantes aumenta la supervivencia y la reproducción de los individuos que la portan. Esa población, a través del tiempo, tendrá mayor número de individuos con esa variante y habrá un bajo número o incluso desaparición de todos los individuos con otras variantes menos adaptadas a ese ambiente en particular.

¿Cómo opera la selección natural en la aparición de la resistencia bacteriana? Al comienzo, los antibióticos son eficientes frente a las cepas (poblaciones) de las bacterias. En las cepas pueden llegar a existir unos pocos individuos resistentes o, con el tiempo, pueden aparecer individuos que por cambios en sus genes (mutaciones) se hacen resistentes. Estos individuos resistentes están mejor adaptados ante el desafío que les plantea el antibiótico y, a diferencia de los no resistentes, son capaces de dejar descendencia en la próxima generación. A través de sucesivas generaciones, los individuos resistentes pasan a ser mayoritarios. Los cambios en los genes que originan la resistencia no son el resultado de la aplicación del antibiótico, sino que existían antes de su aplicación o aparecen aleatoriamente durante el tratamiento. Podría pensarse que esa aleatoriedad hace improbable la aparición de la resistencia. Sin embargo, dos hechos aumentan esa probabilidad : 1) una bacteria produce una gran cantidad de generaciones (con potenciales cambios azarosos en los genes) en tiempos relativamente cortos, por ejemplo, en condiciones apropiadas, una sola bacteria de Escherichia coli puede generar en pocas horas millones de individuos, y (2) el factor humano, generado por el excesivo o innecesario uso de antibióticos o el mal uso (dosis inapropiadas), que favorece la selección de los microorganismos resistentes.

No debe olvidarse el uso agropecuario de los antibióticos, que debería limitarse al bienestar animal en el cuidado o producción y no a la estimulación del desarrollo, como en algunos casos en la producción avícola y porcina y en la piscicultura. La selección natural opera sobre los productos del azar, pero en esa operación no interviene solo el azar, sino rigurosos y complejos factores biológicos, como la cantidad de mutaciones que se generan, la probabilidad de la aparición de la resistencia, el nivel de resistencia a los antibióticos, el grado de resistencia, la potencia de las fuerzas selectivas. Por ello es imposible (al menos por ahora) predecir la trayectoria evolutiva de las cepas bacterianas. En este momento, la resistencia bacteriana a los antibióticos tiene un solo factor corregible: el humano, a través de un prudente y apropiado uso de los antibióticos

Profesor emérito de la Universidad Nacional de La Plata, académico de número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Académico correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias

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