Mayúsculas y minúsculas: mayorcitas y menorcitas

Aunque puede parecer una perogrullada, recordemos que no hablamos en mayúsculas o minúsculas. La diferencia entre estos dos tipos de letra es meramente gráfica; es decir, una misma letra, ya sea mayúscula o minúscula, representa el mismo sonido.
Las diferencia el tamaño, y de ahí sus preciosos nombres. El nombre mayúscula procede del latín maiusculus, diminutivo de maior 'mayor'; algo así como mayorcita. Mientras que minúscula, del latín minusculus, sería menorcita.
Elegir uno u otro tipo de letra no es medalaganario (¡qué acierto creativo esta palabra!); muy por el contrario, en las lenguas que usan esta distinción –y no todas lo hacen– su empleo está establecido convencionalmente por la ortografía.
Se compara, por ejemplo, el uso maximalista de las mayúsculas en alemán, que las utiliza para la inicial de todos los sustantivos; el uso intermedio del inglés, donde las mayúsculas iniciales son abundantes; y el del español, en el que la tendencia es a la escritura con minúscula inicial, mal que les pese a muchos.
Basta leer cualquier texto escrito en la República Dominicana para notar que tenemos propensión a la mayusculitis.
Este término jocoso hace pasar por una enfermedad inflamatoria ortográfica nuestra arraigada creencia en que la mayúscula añade relevancia y distinción, mientras que la minúscula allana y desprestigia.
Nada que ver con la realidad. Las normas para el uso de mayúsculas y minúsculas se han ido definiendo en nuestra ortografía a lo largo de la historia, hasta llegar a su mayor sistematización con la publicación de nuestra académica Ortografía de la lengua española de 2010.
Consúltenla, que la tienen en formato libro y también en versión digital de acceso libre y gratuito en el portal de la Real Academia Española. Encontrarán una guía muy útil para discernir cuándo deben optar por cada tipo de letra.
Las normas de puntuación son claras para regular la aparición de las mayúsculas. Las aprendemos con la lectura de textos bien escritos y con el uso. Sin embargo, hay otros contextos con los que no estamos tan familiarizados y que nos dan uno que otro disgusto.
Atendamos a este ejemplo: La columna Eñe en la edición digital de Diario Libre celebra la presentación del Diccionario del español dominicano. (Reconozco un ramalazo de narcisismo en el ejemplo). En él se citan los títulos de tres publicaciones en los que el uso de la mayúscula inicial cambia.
Para el título de la columna (como para los artículos, los capítulos, etc.) y del libro (como para las películas o los cuadros) solo se escribe en mayúscula la primera palabra; en cambio, para el título del periódico usamos la mayúscula en todas las palabras significativas: Diario Libre, Listín Diario, Nuevo Diario, La Información, etc.
Los contextos se multiplican. Busquen y aprendan las normas que se aplican a aquellas situaciones que se den con más frecuencia en sus quehaceres. Para todos los demás, acudan a la Ortografía, familiarícense con sus apartados y consúltenla siempre que puedan.
Ya saben que la duda ortográfica es muy sana, siempre que sepamos dónde recurrir para resolverla.
No está de más tener siempre presente que la Ortografía académica nos recuerda que la letra mayúscula es lo excepcional, y que lo aconsejable, en caso de duda con la aplicación de una regla, es seguir la recomendación general de preferir la minúscula.
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