Robert Kennedy Jr. cancela la financiación de 22 proyectos para el desarrollo de vacunas


El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) ha anunciado la cancelación de 22 contratos para el desarrollo de vacunas basadas en ARN mensajero (ARNm), por un valor superior a 500 millones de dólares (430 millones de euros), al considerar que presentan “más riesgos que beneficios” frente a los virus respiratorios.
La decisión es la última de una serie de medidas que plasman la heterodoxia del secretario de Salud, Robert F. Kennedy, un conocido escéptico de las vacunas. En apenas seis meses, ha puesto fin a las recomendaciones para vacunarse de covid-19 a embarazadas y menores; despedido al comité que establece criterios al respecto y rehusado defender la inmunización en medio del peor brote de sarampión en décadas —más de 1.300 casos—, dejando al criterio de cada uno la decisión de vacunarse.
“Los datos muestran que estas vacunas no protegen eficazmente contra infecciones de las vías respiratorias superiores como la Covid-19 y la gripe”, ha señalado Kennedy, quien anunció a última hora del martes en un vídeo publicado en sus redes sociales la rescisión de los contratos y el traspaso de los fondos a otras plataformas de vacunas “más seguras”.
Según Kennedy, la pandemia ya demostró la “ineficacia” de las vacunas de ARNm. “El problema es que el ARNm solo codifica una pequeña parte de las proteínas virales, generalmente un solo antígeno. Una sola mutación puede hacer que la vacuna pierda su eficacia”, de manera que el HHS priorizará la financiación de aquellas que sí puedan mantener su eficacia incluso con las mutaciones del virus.
Los expertos en enfermedades infecciosas sostienen que la tecnología de ARNm utilizada en las vacunas es segura y atribuyen a su desarrollo durante la primera Administración de Donald Trump, en 2020, la desaceleración de la pandemia de coronavirus de 2020. De hecho, argumentan que la tecnología de ARNm ofrece ventajas potenciales de producción rápida, crucial en caso de una nueva pandemia que requiera una nueva vacuna, por eso advierten de que las pandemias futuras serán más difíciles de detener sin la ayuda del ARNm.
Aunque algunos contratos que se encuentran en fase final sí podrán completarse para no desperdiciar la inversión previa —que al tratarse de fondos federales, sale del bolsillo de los contribuyentes—, no se iniciarán nuevos proyectos basados en ARNm, según el Departamento.
Priorizar los registros de seguridad más sólidos y prácticas transparentes de datos clínicos y de fabricación mueve también al ministerio de Salud estadounidense. Así, las tecnologías que se financiaron durante la fase de emergencia de la pandemia, pero que para el Departamento no cumplen con los estándares científicos actuales, se eliminarán gradualmente en favor de soluciones “basadas en la evidencia y con fundamento ético”, como las vacunas de virus completo y las “plataformas novedosas que no colapsen cuando los virus mutan”.
“Seré absolutamente claro: el HHS apoya vacunas seguras y eficaces para todos los estadounidenses que las deseen”, ha dicho Kennedy, partidario del libre albedrío, y no de políticas y calendarios de vacunación. “Por eso estamos superando las limitaciones del ARNm e invirtiendo en mejores soluciones”, ha concluido.
“RFK Jr. está socavando sistemáticamente la ciencia de las vacunas y poniendo en peligro la salud. La reciente supresión del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en sus siglas inglesas; principal agencia del Departamento] por parte del secretario de Salud de Estados Unidos es sólo un ejemplo de sus numerosos intentos de reemplazar la ciencia por su agenda personal”, asegura el Center for American Progress. “En apenas sus primeros meses como secretario, Kennedy ha puesto en peligro la credibilidad del sistema de vacunas de Estados Unidos y dejado a familias y comunidades expuestas a amenazas inminentes para la salud”.
EL PAÍS