Este es el reloj más original del planeta. La escultura de mármol mide el tiempo, huele y... ¡respira!

Imagina una escultura que no sólo te mira, sino que también respira, mide el tiempo sin manos y libera aromas creados especialmente para ti. El reloj “Le Temps Retrouvé” de la marca francesa Trilobe es más que un simple reloj: es una instalación viva y sensual que combina arte, tecnología y poesía en una obra fascinante. Descubra la relojería que supera los límites de la imaginación.
Al parecer no pasa nada. La cabeza de mármol permanece inmóvil. Pero si miras más de cerca, además de la artesanía, notarás detalles que contradicen la primera impresión: hay un ligero movimiento, un pulso, algo así como una respiración.
La estructura parece haber cobrado vida, como sacada de los fotogramas más oníricos, pero no se trata de un atrezo del rodaje de una producción de Hollywood, sino obra de la marca francesa Trilobe. La forma monumental, inspirada en la antigüedad –romana y griega– se asemeja a un busto clásico. Pero eso no es todo: los ojos se mueven con delicadeza, en el interior se esconde un corazón que late y todo puede... tomar aire.

Trilobe es una marca de relojes de lujo independiente fundada en 2018 por Gauthier Massoneau. Su sello distintivo son los inusuales mecanismos de los relojes de pulsera, sin manecillas tradicionales. La hora se lee mediante tres anillos que giran alrededor de la esfera: uno muestra las horas, el segundo los minutos y el tercero los segundos. Este enfoque de la relojería es a la vez innovador y poético: se centra en experimentar el paso del tiempo de una forma más sensual y reflexiva que los relojes estándar. En el nuevo proyecto de la marca, esta filosofía se lleva a un nuevo nivel: físico, sensual, casi místico.
Trilobe, sin embargo, no quiere encasillar su trabajo de cuatro años en un “reloj” o un “autómata”. Es algo más: una escultura mecánica íntima, una historia personal sobre el tiempo. Se titula Le Temps Retrouvé – “El tiempo redescubierto”, y hace referencia a la obra de Marcel Proust. Pretende ser una llamada a aquellos que viven con prisa: "detenerse, sumergirse en el tiempo, entrar en diálogo con él".

A primera vista, el diseño impresiona con sus detalles de mármol del artista visual Stéphane Gérard. Pero lo más interesante se esconde en el interior. La escultura contiene más de 2.000 componentes mecánicos , cada uno de los cuales fue ensamblado cuidadosamente por los creadores en un proceso que tomó alrededor de 2.000 horas.

El mecanismo, desarrollado en colaboración con Manufacture Masur, es una auténtica oda a la tecnología: su diseño fue creado a través de horas de mapeo de las características individuales de su propietario, lo que significa que no hay dos productos iguales.
Si bien el diseño en sí es impresionante, sus funciones son realmente sorprendentes. Los ojos no son sólo una ilusión de vida : aunque suene aterrador, sólo hay que mirar la posición de los globos oculares para calcular los minutos. Contar las horas también lleva tiempo. Las rosetas en ambos templos son las responsables de esto. Tienen pétalos que se abren uno a uno cada hora: los primeros 12 en un lado de la cabeza, los segundos 12 en el otro.

Pero la verdadera magia sólo ocurre dos veces al día. En ciertos momentos la escultura libera el aroma de un perfume creado por su propietario en colaboración con un perfumista parisino anónimo. Entonces, el espacio que te rodea se llena de un aroma sutil y personal, haciendo que Le Temps Retrouvé atraiga todos los sentidos.