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La ciudad está llena de garrapatas: un nuevo estudio en Varsovia

La ciudad está llena de garrapatas: un nuevo estudio en Varsovia

Las garrapatas no son un problema exclusivo de los bosques y prados. Según confirma un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Varsovia, estos parásitos se encuentran en gran cantidad también en las ciudades: en parques, jardines botánicos, propiedades privadas e incluso en jardines de infancia. Además, se activan antes de lo que generalmente se cree.

"La idea de investigar la presencia de garrapatas en Varsovia surgió a partir de las observaciones e informes de los residentes, quienes reportaban cada vez más casos de picaduras de estos animales en zonas urbanas. Seleccionamos varias zonas urbanas y suburbanas, y resultó que hay garrapatas presentes en ellas, y en cantidades realmente elevadas", explicó a PAP la autora principal del estudio, Dagmara Wężyk, estudiante de doctorado del Departamento de Ecoepidemiología de Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Biología de la Universidad de Varsovia.

Durante tres meses, desde mediados de marzo hasta mediados de junio de 2021, ella y sus colegas realizaron recolecciones sistemáticas de garrapatas en 15 lugares diferentes. Utilizaron el método de las banderas, que consistía en arrastrar un paño de lana blanco sobre el sustrato y contar cuántos arácnidos quedaban en él.

Algunas de las recolecciones nos sorprendieron, pues, por ejemplo, en el Jardín Botánico de la Universidad de Varsovia, a tan solo 20-30 metros de distancia, recogimos hasta 30 garrapatas. Encontramos cantidades igualmente elevadas en el Parque Łazienkowski y en el Jardín de Infancia Forestal del Bosque de Kabacki», explicó el autor de la publicación, publicada en la revista «Parásitos y Vectores».

Análisis posteriores mostraron que dos especies eran las más comunes en Varsovia y sus alrededores: Ixodes ricinus (la garrapata común) y Dermacentor reticulatus (la garrapata del prado). Según explicó el biólogo, cada uno de ellos conlleva diferentes amenazas.

La garrapata común es responsable de transmitir la espiroqueta de la enfermedad de Lyme ( Borrelia burgdorferi ) y otros patógenos humanos peligrosos, como el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas o -aunque esporádicamente- protozoos del género Babesia.

A su vez, la garrapata del prado rara vez se alimenta de humanos, pero representa una seria amenaza para los perros porque es el principal portador de los protozoos antes mencionados que causan la babesiosis, una enfermedad potencialmente mortal.

Estudios moleculares detallados revelaron que el 14,3 por ciento de las garrapatas Ixodes ricinus analizadas contenían ADN de bacterias del género Borrelia , y hasta el 64 por ciento de las garrapatas Dermacentor reticulatus eran portadoras de la bacteria Rickettsia , que causa enfermedades como fiebre, dolores de cabeza y sarpullido y, en algunos casos, complicaciones orgánicas graves.

Una de las conclusiones más importantes del estudio fue la confirmación de que la temporada de garrapatas comienza antes de lo que comúnmente se cree. La garrapata del prado aparece ya en marzo, justo después de que las temperaturas superan los cero grados centígrados, y también está activa en invierno, especialmente cuando el clima es templado. "Por eso debemos tener cuidado y proteger a nuestras mascotas contra estos parásitos durante todo el año", afirmó Dagmara Wężyk.

La garrapata común, por el contrario, comienza a atacar unas semanas más tarde, alcanzando su máxima actividad en mayo.

Mucha gente cree que las garrapatas representan la mayor amenaza entre junio y septiembre. Sin embargo, nuestros datos muestran que estamos expuestos a partir de marzo, y los inviernos suaves se prolongan aún más en esta temporada», enfatizó el autor.

En su opinión, los resultados recogidos muestran claramente que las ciudades no son mucho más seguras que los pueblos en este aspecto. Recordó que en algunas localidades de Varsovia había una mayor densidad de garrapatas que en las zonas suburbanas. El tipo de hábitat es determinante.

Las garrapatas adoran la vegetación exuberante, la hierba alta, los arbustos y los lugares húmedos. Por eso, habrá muchas más en jardines botánicos, parques que no se cortan con frecuencia, huertos familiares y alrededor de embalses. En cambio, en jardines, pastos, campos o gallineros bien cuidados y bien podados, casi no aparecen. Esto se debe principalmente a la escasa cobertura vegetal, la ausencia de una gran cantidad de mamíferos, que son sus principales huéspedes, y la presencia de gallinas que pueden alimentarse de ellas, añadió.

Curiosamente, el estudio no reveló ninguna correlación fuerte entre la densidad de garrapatas y la temperatura o la humedad del aire. La influencia de estos factores resultó ser mucho menor que el tipo de hábitat y la estación.

El interlocutor del PAP también destacó que a pesar de la creciente presencia de garrapatas en nuestro entorno, no debemos entrar en pánico, sino simplemente permanecer cautelosos. Vale la pena tomar medidas preventivas lo suficientemente temprano, y no sólo a finales de primavera y verano. También puedes revisar de vez en cuando tus jardines domésticos -sobre todo si están demasiado crecidos y se riegan con frecuencia- marcándolos tú mismo: lo único que necesitas es un trozo de tela de color claro y unos minutos de caminata sobre el césped.

Sin embargo, si se produce una picadura, es fundamental retirar la garrapata rápidamente. En primer lugar, recordemos que no es cierto que, al ser picada, nos transmita inmediatamente bacterias peligrosas. Solo un cierto porcentaje de garrapatas son portadoras. Además, el tiempo es importante: en el caso de las espiroquetas de la enfermedad de Lyme, el período mínimo de alimentación necesario para infectar a una persona es de 24 horas. Por lo tanto, si retiramos la garrapata de nuestro cuerpo en 24 horas, prácticamente no hay riesgo de enfermar», afirmó Dagmara Wężyk.

En lo que respecta a la pulverización, a veces recomendada, de animales contra las garrapatas, el biólogo se muestra escéptico. Es un recordatorio de que, si bien son eficaces para eliminar estos parásitos, también matan a otros insectos y arácnidos cuyo papel en el medio ambiente no se puede sobreestimar.

Katarzyna Czechowicz (PAP)

gorra/zan/ktl/

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