Dra. Magdalena Cubała-Kucharska: «El síndrome de burnout degenera el cerebro y destruye el cuerpo». ¿Cómo protegerse?

La Dra. Magdalena Cubała-Kucharska, médica especialista en medicina integrativa, explica cómo el estrés crónico y la falta de regeneración perjudican la salud mental y física. Enfatiza que el síndrome de burnout no es solo una pérdida de motivación, sino un proceso complejo que provoca graves problemas de salud en todo el cuerpo, como inflamación y encogimiento cerebral. Merece la pena analizar este problema de salud en el Día del Burnout.
Las estadísticas no dejan lugar a dudas: el síndrome de burnout afecta a entre el 25 % y el 35 % de los polacos profesionalmente activos. El problema afecta tanto a empleados a tiempo completo como a empresarios y propietarios de empresas unipersonales. Como explica la Dra. Magdalena Cubała-Kucharska:
Una de las principales causas del síndrome de burnout es la falta de espacio para que el cuerpo se regenere. Esto puede provocar problemas de sueño, cambios de humor y ansiedad, que gradualmente conducen al agotamiento. En etapas posteriores, pueden desarrollarse enfermedades físicas como hipertensión, cardiopatías y trastornos del sueño.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el síndrome de burnout como un síndrome asociado al estrés laboral crónico y no gestionado. El estrés a corto plazo puede ser motivador, pero cuando se convierte en algo cotidiano, altera el equilibrio hormonal, debilita el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, depresión y cáncer.
Las hormonas del estrés, como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, son responsables de los efectos destructivos del síndrome de burnout. El cortisol altera el metabolismo y el sueño, la adrenalina provoca picos de presión arterial e inflamación, y la noradrenalina altera el ritmo cardíaco. Su sobreproducción crónica provoca una desregulación completa de los sistemas nervioso, hormonal e inmunitario.
La Dra. Magdalena Cubała-Kucharska explica por qué el cortisol representa la mayor amenaza:
Con el tiempo, el cortisol, diseñado evolutivamente para proteger el cuerpo, se vuelve tóxico. Daña la barrera intestinal, altera el metabolismo de la glucosa y aumenta la inflamación. Esto conduce a enfermedades metabólicas, cardiovasculares y autoinmunes. Además, el cortisol descontrolado altera la dopamina y la serotonina, lo que provoca depresión, ansiedad y adicción.
El síndrome de burnout también afecta al cerebro, que no recupera su equilibrio natural: la homeostasis. La producción de mielina aumenta, pero el número de neuronas disminuye, lo que dificulta el procesamiento de la información. La Dra. Cubała-Kucharska enfatiza:
Las experiencias traumáticas asociadas con el síndrome de burnout pueden provocar la muerte neuronal en regiones cerebrales clave. El hipocampo, responsable de la memoria y las emociones, se contrae, y la corteza prefrontal se degenera literalmente bajo la influencia del estrés prolongado.
La base de la prevención es la concienciación de los riesgos y la detección temprana de los síntomas de burnout. Una higiene laboral adecuada, el establecimiento de objetivos realistas, el equilibrio entre la vida laboral y personal y estrategias eficaces de gestión del estrés ayudan a evitar consecuencias graves para la salud.
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