Bebé renacido: ¿una locura?

Analizando el impacto de los bebés reborn en la salud mental y las relaciones interpersonales
Cuando tenía veinte años, una amiga me contó que su madre jugaba con muñecas. Las cuidaba, las vestía y les peinaba. Y dijo abiertamente: «Hoy tengo muñecas porque de niña nunca tuve muñecas y siempre quise una». Esa mujer adulta, madre e independiente prestó atención a lo que una vez le faltó. Yo lo llamo «demanda interna», algo que todos tenemos (cada uno a su manera y con sus propias facetas), algo que nos falta y que sigue pidiendo atención, incluso sin saber explicarlo. Así que no me sorprendió mucho que empezara a ver infinidad de memes de bebés reborn.
Pero tras una mirada superficial, me di cuenta de que la "tendencia de internet" va mucho más allá de los memes y la búsqueda de "me gusta". Se enfrenta a algo fundamental para quienes trabajamos con el desarrollo humano: todo lo que hacemos, lo hacemos para lograr algo, para dar rienda suelta a alguna necesidad interna. Nadie actúa sin una razón. Ya sea para llamar la atención, para pertenecer, para reparar un dolor o para construir un vínculo que no fue posible experimentar en la realidad. El psicoanálisis lo explica: nuestro comportamiento es un intento de organizar la falta. La falta de afecto, de reconocimiento, de pertenencia. Y esto no siempre ocurre de forma consciente, ni mucho menos "racional".
Pero volviendo a los bebés reborn, no son nada nuevo. Se han utilizado en diversos contextos durante años: en hospitales, para simular partos; en escuelas, como herramienta pedagógica; en la formación de primeros auxilios; en el trabajo con personas mayores con Alzheimer, como una forma de recuperar el afecto. Lo que estos casos tienen en común es que, en todos ellos, el muñeco es un medio. Ayuda a construir algo, a expresar algo. Es un recurso simbólico y, cuando se utiliza con este fin, tiene una función terapéutica, educativa y afectiva.
Véase tambiénEl problema surge cuando deja de ser un medio para convertirse en un fin. En otras palabras, cuando el vínculo con la muñeca se convierte en el centro de la vida emocional de alguien, cuando se confunde la fantasía con la realidad. Entonces nos enfrentamos a una posible demanda psíquica más profunda.
Seamos razonables: algunas personas con un bebé reborn pueden estar lidiando con pérdidas reales. Duelo, infertilidad, soledad, rupturas sentimentales o incluso el hecho de no haber tenido la oportunidad de jugar con muñecas de niños (como mi amiga). En todos estos casos, el reborn puede convertirse en un símbolo de reconexión con lo que no pudieron experimentar.
Ahora, también está la otra cara: internet, la actuación, la era de los "me gusta" y el contenido. Hay gente que monta vídeos diciendo que no fueron a trabajar porque su "bebé" estaba enfermo. No tengo los detalles de los casos, pero la gran mayoría parecen más una broma que un trastorno mental. Y está bien reírse, siempre y cuando sepamos diferenciar la exageración del dolor real.
Es en este contexto que surge el proyecto de ley. El Proyecto de Ley 5357/2025 propone la creación de un programa de salud mental para estas personas. Puede parecer absurdo, pero es una señal de que hay algo ahí que merece ser escuchado. Frantz Fanon dijo una vez que la salud mental no puede entenderse fuera del contexto social. Cuando alguien proyecta afecto, cuidado o la reconstrucción de un vínculo en una muñeca hiperrealista, no corresponde a los psicólogos y psiquiatras simplemente diagnosticar, sino sobre todo escuchar lo que esta elección intenta expresar.
También hay una capa simbólica que realmente me llama la atención… Cuidar a un bebé renacido es, en cierto modo, más sencillo. No llora en mitad de la noche. No tiene fiebre. No exige atención fuera del horario habitual. Lo cuidas con lo que quieres darle, no con lo que necesita. Es un tipo de cuidado que permanece bajo control. Un niño real, en cambio, confronta, exige y existe como una persona separada de quien lo cuida. Cuando este vínculo simbólico con el bebé renacido se lleva al extremo, lo que tenemos no es una relación, sino un reflejo, en el que el otro (el muñeco en este caso) existe solo para reafirmar lo que «quiero», lo que «necesito». Y entonces, el cuidado deja de ser un encuentro y se convierte en un monólogo. En otras palabras, en niveles extremos, el vínculo con el renacido puede ser más un espejo que una relación per se.
Quizás lo que más me impresiona de este fenómeno no es solo el bebé renacido en sí, sino todo lo que simboliza. Porque en el fondo, es solo un reflejo de cómo a menudo intentamos construir vínculos bajo control. Relaciones que no nos confrontan, que no exigen más de lo que estamos dispuestos a dar. Y esto no solo aplica a nuestra vida íntima, sino también al trabajo.
Hay muchas personas que lideran como si el equipo renaciera: sin autonomía, sin frustración, sin contradicciones. Donde escuchar a los demás resulta demasiado incómodo. Pero lo cierto es que los equipos de verdad, como los vínculos de verdad, se construyen a partir de la tensión, el intercambio, los límites y el afecto.
Renacer es la imagen simbólica de un cuidado que no acepta ser cuestionado. De una relación que no acepta ser traicionada. Y cuando trasladamos esto al ámbito del liderazgo, la cultura organizacional y los equipos, queda claro cuántos líderes aún prefieren relaciones que obedecen, no relaciones que crecen.
Entonces, ¿es una locura? Quizás. Quizás no. En mi opinión, la pregunta correcta es: "¿Qué quiere decir esto?". Y quizás aún más importante que hablar de los demás, deberíamos preguntarnos por qué nos conmueve tanto esta tendencia. ¿Y en qué aspectos de nuestra vida personal o profesional hemos optado por la previsibilidad en lugar de las relaciones reales?
*Milena Brentan es psicóloga y consultora especializada en desarrollo de liderazgo y cultura organizacional. Con más de 20 años de experiencia, ha dirigido departamentos de RR. HH. en empresas como Airbnb y GPA, y fue socia operativa de la firma de capital riesgo Vox Capital. Actualmente, apoya a ejecutivos y startups para afrontar las complejidades con mayor claridad, autenticidad y resultados sostenibles.
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