Loures. Decenas de voluntarios y técnicos limpian el barrio.

Decenas de voluntarios de la sociedad civil y técnicos de diversos servicios públicos iniciaron esta mañana de sábado un operativo de limpieza en el barrio Talude Militar , donde escombros sustituyeron 55 viviendas precarias demolidas esta semana por el municipio de Loures.
Hay pocas manos para todo lo que hay que hacer, pero cincuenta voluntarios respondieron al llamado del movimiento Vida Justa para acudir a Talude Militar y ayudar a limpiar los escombros que dejó la demolición.
La “acción solidaria”, el “acto de hermandad”, pretendía “dar un poco de la dignidad que les arrebataron [a los vecinos del barrio]” y, al mismo tiempo, “intentar mantener limpia la zona, sacar lo que la comunidad ya no quiere y (…) también ayudar a organizar las pertenencias de la gente que quedó aquí a su suerte”, explica José Pina, voluntario de Vida Justa.
Un grupo se encarga de recoger la basura, otro de separar los materiales no dañados, es decir, láminas de zinc y listones de madera, que se pueden reutilizar.
Bajo una sombrilla de playa, un equipo gestiona las donaciones de alimentos recibidas y proporciona comidas a las decenas de hombres, mujeres, niños y bebés que permanecen en la ladera militar, pasando la noche en tiendas de campaña levantadas en los lugares que una vez llamaron su hogar.
El municipio de Loures inició este lunes un operativo de demolición de 64 viviendas precarias, donde viven 161 personas.
En dos días fueron demolidas 55 viviendas, antes de que las operaciones fueran suspendidas por orden de un tribunal de Lisboa, tras una medida cautelar presentada por 14 vecinos.
Los habitantes de Talude están recibiendo mucha ayuda, dice Carla Santos, vecina de la parroquia y una de las coordinadoras de la distribución de alimentos y agua, señalando que lo que más se necesita en esta etapa son comidas preparadas, porque en el terreno no hay instalaciones para cocinar.
En el centro recreativo cercano, los residentes pueden guardar todas las pertenencias que quieran conservar y tienen acceso a vestuarios para poder ducharse al final de la jornada, algo imprescindible para poder ir a trabajar al día siguiente.
“La mayoría trabaja (…), incluso hay gente que trabaja en empresas que prestan servicios al Ayuntamiento, (…) gente que trabaja en empresas como Carris Metropolitana, (…) gente que trabaja en residencias que atienden a nuestros mayores”, describe Kedy Santos, diputada municipal de la CDU en Loures que se ofreció como voluntaria para ayudar con la limpieza.
“Estas personas no están aquí por favor, no están aquí casi esperando un subsidio. (...) Si hay dos personas aquí que dependen de subsidios, es un milagro, ni siquiera tienen la capacidad de recurrir a él”, enfatiza.
“Tenemos muchos niños en el sistema escolar, y la verdad es que estamos en vacaciones, y los padres tienen que trabajar”, añade Carla Santos, señalando que las asociaciones locales están ofreciendo actividades para los niños.
A la sociedad civil se sumaron “unos 40” técnicos, en una operación conjunta del SIMAR (servicios municipales de Loures y Odivelas) y el Ayuntamiento de Loures, a la que se sumaron los consejos parroquiales de Santo António dos Cavaleiros y Camarate, Unhos y Apelação.
Las operaciones se realizan con una retroexcavadora, tres camiones grúa y otros tres sin grúa y un contenedor de residuos de 20 metros cúbicos, explicaron a Lusa dos técnicos de SIMAR en el terreno, añadiendo que separan materiales y residuos.
Destacando que fueron "bien recibidos" por la población, consideran que la operación es "bastante difícil", arriesgando que podría requerir " dos días de trabajo , si sale bien y con todos los recursos disponibles".
“Pero hasta ahora va muy bien”, dijo uno de ellos, añadiendo que los técnicos recién se movilizaron “ayer [viernes] por la noche”, luego de que Vida Justa había programado la acción de limpieza voluntaria.
Kedy Santos cree que los técnicos enviados al barrio han mostrado "empatía" ante la situación y destaca que vecinos y activistas siempre han querido dialogar para buscar una solución.
“Ya acordamos con ellos que serán ellos quienes retiren la basura”, añade, agradeciendo a los empleados municipales que, “de manera muy ardua”, están colaborando en las labores de limpieza.
“No había necesidad de que estuviéramos todos aquí, casi como locos, haciendo este trabajo (…), si la demolición se hizo de forma controlada, adecuada, no de forma casi arrogante y desproporcionada”, critica.
Por otro lado, “no hay información por parte del Gobierno”, que permanece “en silencio, en los valles de la desgracia”, lamenta.
Para el diputado municipal, “todos tenemos una responsabilidad, no sólo el municipio”, al que sigue criticando por no ofrecer “soluciones ajustadas”.
Algunos “candidatos a diputados, a alcaldes”, “mintieron (…) cuando dijeron que hablaron con la gente”, señala, criticando a “algunos que ni siquiera se acercaron a esa gente, que piensan que no existen”.
Son “regalos desconocidos”, describe Carla Santos, “nacida y criada” en la zona y que comenzó a apoyar a Talude Militar en los años 90.
“Aun considerando el camino que tenemos que recorrer, sólo quien vive aquí, sólo quien tiene amigos aquí, conoce el lugar, el territorio, de lo contrario la gente pasa por la parroquia y ni siquiera sabe que existe”, señala el antropólogo.
"Los problemas estructurales se resuelven con soluciones estructurales, y aquí hay muchos problemas sociales, no solo de vivienda. Hay muchos otros problemas inherentes que requieren soluciones, y los estamos mezclando todos", advierte.
"En Portugal lo que hacemos es cuidado colectivo en la intervención social", lamenta, pidiendo "voluntad política" y la intervención de organizaciones sociales "robustas".
observador