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¿Donar sangre puede beneficiar la salud del donante? Un estudio sugiere que sí.

¿Donar sangre puede beneficiar la salud del donante? Un estudio sugiere que sí.

Un estudio publicado en mayo en la revista Blood , editada por la Sociedad Americana de Hematología (ASH) de Estados Unidos, identificó mutaciones genéticas potencialmente beneficiosas en la sangre de personas que donan sangre con frecuencia. Estos cambios, según el estudio, podrían proteger contra ciertos tipos de cáncer.

Según los autores, existe una falta de investigación sobre las mutaciones resultantes de la producción de nuevas células para reemplazar las que se pierden en las donaciones. Los glóbulos rojos se renuevan normalmente tres veces al año. La donación supone un estrés adicional para la producción de células sanguíneas, conocida como hematopoyesis. En un proceso sano, las células producidas son diversas, con diferentes características y funciones.

Sin embargo, a veces se produce una falla que conduce a la formación de clones, es decir, células idénticas entre sí. Esto se denomina hematopoyesis clonal, un fenómeno más común con el envejecimiento. Algunas mutaciones genéticas predisponen a los clones a adquirir características malignas, lo que puede dar lugar a células implicadas en la leucemia, por ejemplo.

Para evaluar la presencia de hematopoyesis clonal, investigadores del Instituto Francis Crick en el Reino Unido analizaron muestras de sangre de 217 hombres que habían donado sangre aproximadamente tres veces al año durante 40 años, totalizando al menos 100 donaciones, y las compararon con 212 voluntarios que habían donado esporádicamente o nunca habían donado.

No hubo diferencia en la frecuencia de este proceso, pero se identificaron diferencias entre los tipos de mutaciones encontradas en cada grupo: en donantes frecuentes, estos cambios pueden ser protectores contra enfermedades como la leucemia.

Además, los científicos también notaron una diferencia en la forma en que cada grupo de células reaccionaba en presencia de dos sustancias presentes de forma natural en el cuerpo humano, la eritropoyetina y el interferón gamma.

La eritropoyetina es una hormona que se secreta cuando es necesario aumentar la producción de sangre (por ejemplo, después de una donación). El interferón gamma es una proteína que aumenta en situaciones de inflamación, como las que predisponen al desarrollo de cáncer.

Al ser estimuladas con eritropoyetina, las células de donantes recurrentes desarrollaron más clones con mutaciones benignas en un gen específico analizado. Las células de donantes esporádicos, al ser expuestas a interferón gamma, tendieron a producir clones premalignos con mayor frecuencia.

Se necesitan más estudios

Según la hematóloga Ana Carolina Vieira Lima, del Hospital Israelita Albert Einstein de Goiânia, es necesario ser cauteloso al extraer conclusiones sobre estos resultados. «Es posible que exista algún beneficio relacionado con la protección anticancerígena en personas que donan sangre con frecuencia, pero aún no se puede afirmar con certeza», reflexiona.

Cabe destacar que el estudio británico se realizó in vitro , lo que significa que las células se estudiaron fuera del cuerpo humano. «El comportamiento de las células en frascos de laboratorio no siempre es el mismo que en un organismo vivo», señala Lima.

La doctora también señala que existen criterios de elegibilidad para la donación de sangre que buscan garantizar la seguridad tanto del donante como del receptor. «Puede ser peligroso animar a todos a ser donantes frecuentes de sangre basándose en un posible beneficio personal, sin advertir sobre los posibles efectos secundarios de la donación repetida, como anemia, hematomas y lesiones por punción, entre otros», destaca.

Donar sangre pensando solo en su propio beneficio también puede poner en riesgo a otras personas. «Los donantes deben tener en cuenta que si no están en plenas condiciones para donar (por ejemplo, si no son honestos durante las pruebas de detección), pueden estar poniéndose en riesgo a sí mismos y al receptor», advierte el doctor Einstein.

¿Quién puede donar?

Donar sangre salva vidas, pero es fundamental que el donante responda con sinceridad durante la prueba. Nunca se debe donar con el objetivo de hacerse pruebas de enfermedades como el VIH o la hepatitis, ya que algunas infecciones requieren un período de ventana inmunológica para ser detectadas y pueden transmitirse incluso con un resultado negativo inicial.

Para donar es necesario tener buena salud, tener entre 16 y 69 años, pesar al menos 50 kilos y estar bien alimentado y descansado el día de la donación, según las directrices del Pró-Sangue Hemocentro de São Paulo.

Algunas afecciones y situaciones específicas impiden temporal o permanentemente la donación de sangre. Entre los impedimentos temporales se incluyen el embarazo, el posparto y la lactancia, así como síntomas de gripe, resfriado o infecciones como el dengue.

Procedimientos recientes como tatuajes, maquillaje permanente, piercings, acupuntura, endoscopias o cirugías dentales también requieren un período de espera antes de la donación. Lo mismo aplica para personas que recientemente se vacunaron o visitaron zonas endémicas de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla.

Los impedimentos definitivos incluyen los casos de hepatitis después de los 11 años, el diagnóstico de enfermedades transmitidas por la sangre —como la hepatitis B y C, el VIH o la enfermedad de Chagas—, así como el uso de drogas inyectables ilícitas.

El intervalo entre donaciones de sangre varía según el género: los hombres pueden donar cada 60 días, con un límite de hasta cuatro donaciones al año; las mujeres deben respetar un intervalo de 90 días y pueden donar hasta tres veces al año.

Fuente: Agencia Einstein

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