Cuesta 300 mil liras, ofrecen más de un millón: no venderé mi sueño por dinero
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El carpintero Adem Say ha instalado en un rincón del jardín del restaurante familiar situado en la carretera de la meseta un taller donde procesa trozos de madera y los convierte en objetos decorativos.
Say, quien fabrica artículos de madera como mesas, sillas, perchas, bandejas, platos y motocicletas, convirtió el automóvil de madera que soñaba desde que tenía 10 años en realidad procesando un tronco que encontró en la naturaleza.
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Adem Say le dijo al corresponsal de AA que comenzó su carrera como carpintero como aprendiz cuando tenía 10 años.
Say, que afirmó que siempre le ha interesado la talla de madera, dijo: "Hago casas en los árboles y bungalows. Cuando no estoy ocupado con el trabajo, disfruto haciendo productos artesanales con ramas y troncos de árboles en el taller que abrí junto a nuestro negocio familiar. Proceso los trozos de madera y luego los expongo frente a nuestro negocio en la carretera para que la gente los vea". dijo.
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Costó 300 mil liras
Say, que explicó que hace unos tres años trajo a su taller un gran tronco que vio en la naturaleza, dijo: "Me llevó tres años fabricar un coche de madera, que era mi sueño de la infancia. Tallé un solo tronco de árbol y luego comencé con las piezas del motor. Probé con distintos motores. No pude colocar todos los motores en el tronco. Al final, colocamos un motor adecuado en este tronco y funcionó. Hay trabajo por hacer, pero ahora podemos conducirlo y pasear con él". Él habló.
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Say dijo que algunas personas querían comprar el vehículo y que él rechazó las ofertas, diciendo que "no podía vender su sueño por dinero".
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Say explicó que fabricó el coche por unas 300.000 liras y que había recibido ofertas por más de un millón de liras. "Creo que será un bonito regalo que dejaré a mis hijos y nietos. Quiero que vean a sus abuelos fabricar coches . Mi familia también contribuyó mucho a este coche. Lo hicimos con el presupuesto familiar. Sin su apoyo, no habría podido fabricar este coche". Él utilizó las expresiones.
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EL PRÓXIMO SUEÑO ES CONSTRUIR UN AVIÓN
Say afirmó que ama su trabajo y dijo que para él no es importante si sus obras se venden o no.
Say enfatizó que no le gusta trabajar con herramientas tecnológicas y no lo soporta, y señaló que cree que los productos de madera deben hacerse a mano y que él utiliza principalmente azuelas.
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Say dijo que se sentía triste cuando veía troncos de árboles ardiendo, y que cuando miraba los troncos, a veces veía una mesa, a veces un pájaro, en lugar de un árbol.
Say afirmó que planea continuar con su profesión hasta el final de su vida y agregó que su nuevo sueño es hacer un avión de madera.
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