Compañeros de clase: UHU, el palo amarillo que se pega en todos los regresos a clases

Silla Mullca 510, agenda Ben o bolso Eastpak... algunos caben en estuches, otros se desgastan con el uso o se quedan en el fondo de la taquilla. Objetos prácticos o rotuladores de estilo, sobreviven al paso del tiempo sin envejecer. Para esta vuelta al cole, Libération echa un vistazo a estos objetos que nunca salen de la escuela. En este episodio, el imprescindible pegamento alemán amarillo y negro.
Antes de UHU, los pegamentos escolares se fabricaban con grasas animales: olían fuerte, dejaban marcas y no se pegaban bien. En 1932, en Bühl, Alemania, el farmacéutico August Fischer inventó un pegamento transparente hecho de resina sintética, capaz de unir papel, cartón e incluso los primeros plásticos, como la baquelita. Le dio un nombre sencillo y fácil de pronunciar: UHU, que significa búho real en alemán, un ave rapaz nocturna de la Selva Negra, muy cerca de la fábrica.
El hijo mayor de August Fisher, Hugo, asumió la dirección de ventas de la empresa e introdujo el pegamento en las escuelas, enviando muestras a 36.000 centros educativos durante cinco años, además de abastecer a papelerías y ferreterías. El tubo amarillo y negro se convirtió rápidamente en un producto imprescindible.
Pero fue en 1969 cuando nació este objeto de culto, con el lanzamiento de la barra de pegamento sólido. Compacta, limpia y diseñada para niños, se convirtió inmediatamente en un artículo básico en los estuches. «Es un producto muy divertido para los niños y desarrolla la motricidad fina:
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