Las personas autistas pueden correr un mayor riesgo de desarrollar esta grave enfermedad a medida que envejecen.

A medida que más y más personas con trastornos del espectro autista llegan a la mediana edad, el vínculo con una enfermedad que es más común en personas mayores está empezando a plantear preguntas entre los investigadores.

El autismo afecta a 1 de cada 100 personas en todo el mundo, al igual que en Francia. Los trastornos del espectro autista (TEA) suelen asociarse con otros problemas de salud, como trastornos del sueño y del desarrollo, depresión, ansiedad y epilepsia. Sin embargo, varios estudios recientes sugieren que las personas con autismo también podrían tener un mayor riesgo de padecer otra afección en el futuro.

El estudio más reciente sobre el tema fue realizado por el prestigioso Instituto Karolinska y publicado en la revista JAMA Neurology en mayo de 2025. Los investigadores analizaron los datos de salud de más de dos millones de suecos, a quienes se les hizo un seguimiento durante muchos años. Observaron que las personas con diagnóstico de autismo presentaban un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson a medida que envejecían.

El riesgo se cuadruplicó en comparación con las personas sin diagnóstico de autismo. Este riesgo era aún mayor al considerar diversos factores, como la predisposición genética o el uso de medicamentos, ya que ciertos tratamientos prescritos para el autismo «pueden causar síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson», según declaró el Instituto Karolinska en un comunicado de prensa.

Los autores del estudio creen que ambas enfermedades podrían compartir mecanismos biológicos subyacentes. Según el Dr. Weiyao Yin, autor principal del estudio, «Factores biológicos comunes podrían ser la base del TEA y la enfermedad de Parkinson. Una hipótesis es que el sistema dopaminérgico cerebral se ve afectado en ambos casos, ya que el neurotransmisor dopamina desempeña un papel importante en el comportamiento social y el control del movimiento».

Se necesitarán más investigaciones para confirmar y aclarar estos hallazgos, especialmente porque el estudio solo analizó casos de Parkinson de inicio temprano, antes de los 50 años. Varios otros estudios han demostrado que las personas con trastorno del espectro autista tienen una probabilidad significativamente mayor de padecer parkinsonismo, los síntomas característicos de la enfermedad de Parkinson (temblores, lentitud de movimientos, rigidez, etc.).