El Museo Agostinelli, una barrera poética contra la pérdida de la memoria colectiva

¿Cuántos objetos has tirado en tu vida? Esos viejos esquís de tu abuela, quizás, o el jarrón que quedó acumulando polvo en el fondo del sótano. A pocos kilómetros de Roma, se encuentra uno de los museos más inusuales y fascinantes de Italia: el Museo Agostinelli , fruto de la extraordinaria pasión de Domenico Agostinelli . Artesano, sí, pero sobre todo coleccionista y custodio de la memoria popular. Fundado en la década de 1950, este museo alberga decenas de millones de objetos de todo el mundo, recopilados en décadas de viajes a más de 60 países, a través de investigaciones, intercambios y recuperaciones. Y abarca desde artesanías olvidadas hasta instrumentos musicales tradicionales, lo oculto y la religión, juguetes y carruajes antiguos, y también documentos, mapas, banderas, reliquias y curiosidades antropológicas, y cada pieza cuenta una historia que Domenico recuerda como si fuera ayer, en cada sala que se transforma en un viaje a través del tiempo.

A diferencia de los grandes museos institucionales, el Museo Agostinelli es una colección privada nacida desde abajo, animada únicamente por el deseo de salvaguardar lo que el tiempo y el progreso tienden a borrar . El resultado, sin embargo, no es "solo" un lugar fuera de lo común, sino una realidad que ahora es un importante punto de referencia para instituciones, otros museos, eventos e incluso para el cine, dado que instituciones y productoras de toda Italia (y del mundo) a menudo solicitan el préstamo de piezas específicas o realizan un minucioso asesoramiento artístico. Aquí, en las decenas de salas, la cultura material se convierte en una herramienta poderosa que invita a la reflexión sobre la identidad: porque, en una era dominada por la velocidad y el olvido, este museo representa una barrera poética contra la pérdida de la memoria colectiva. Entre estanterías, artefactos y testimonios, se preserva un inestimable bagaje humano.

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