Se acaban las nóminas de los médicos y se acercan las vacaciones: ya suena la alarma en urgencias para el verano

Cada vez hay menos médicos en los hospitales italianos. Esta situación crítica no es nueva y está relacionada con la escasez de personal que viene de lejos, pero con la llegada del verano y el calor, la situación promete ser crítica: la demanda de atención, de hecho, aumentará, mientras que el número de batas blancas en las salas y en urgencias se reducirá aún más debido al "efecto vacaciones" y también a la expiración de muchos contratos de los llamados médicos "simbólicos". Las batas blancas alquiladas a menudo se pagan a precios muy elevados (incluso mil euros por turno), esenciales para cubrir turnos y ausencias. De hecho, el decreto ley (34/2023) preveía la posibilidad de prorrogar un año más los contratos de alquiler de los "tokenistas" que vencían, por 12 meses más a partir de la fecha de entrada en vigor de la ley de conversión y las directrices posteriores, el 17 de junio de 2024. En particular, en las próximas semanas y meses, muchos hospitales dejarán de poder recurrir a los "tokenistas" para cubrir las vacantes en las salas. Estos trabajadores (médicos y enfermeros) costaron, según la Anac, 457 millones solo en 2024 y la friolera de 2.141 millones entre 2019 y 2024.
A partir de finales de julio —explica el presidente de la Sociedad Italiana de Medicina de Urgencias (Simeu), Alessandro Riccardi— , los contratos de los médicos de cooperativas empleados en hospitales y urgencias expirarán y deberán rescindirse. Esta fecha límite afecta a los llamados médicos asalariados, y con su desaparición, considerando la ya grave escasez de personal en las salas, la situación en los hospitales empeorará, especialmente durante el verano, cuando la demanda es mayor debido al calor. Por lo tanto, ante el verano, advierte, «el mayor problema reside precisamente en la escasez de médicos y enfermeras. Además de la ya insuficiente plantilla, el factor vacaciones provocará una reducción aún mayor del número de médicos en activo. Pero otro factor crítico será precisamente la fecha límite decidida por el ministerio para la rescisión de los contratos vigentes con las cooperativas para la contratación temporal de batas blancas. Esto provocará una drástica reducción del número de médicos presentes». La norma, precisa Riccardi, "prevé, de hecho, excepciones, pero sólo en casos particulares y excepcionales y sin tener en cuenta los procedimientos que las empresas están obligadas a aplicar para remediar la situación del personal".
Por lo tanto, se prevé un verano crítico: «Actualmente —afirma el presidente de Simeu— entre el 20 % y el 30 % de las salas de urgencias cuentan con médicos de cooperativas en su plantilla, y en algunos centros, los médicos remunerados cubren hasta el 80 % de los turnos. Es evidente que, con la finalización de sus contratos, la escasez de personal se agravará, con un fuerte impacto en el servicio hospitalario». Además, subraya, «muchas cooperativas prevén que sus médicos no podrán ser contratados por las empresas sanitarias antes de dos años desde la finalización de sus contratos con la propia cooperativa, lo que excluye la posibilidad de recurrir a este fondo común de batas blancas». De momento, especifica, «aún no se registran urgencias ni accesos masivos a urgencias relacionados con el aumento del calor. Sin embargo, las previsiones indican un nuevo aumento de las temperaturas a corto plazo, por lo que prevemos un fuerte crecimiento de la demanda de asistencia próximamente». En resumen, una situación difícil a la que se suma el problema de la falta de camas en los departamentos. Este también será uno de los temas a abordar: «Todos los hospitales están intentando implementar medidas para evitar que los pacientes se vean obligados a permanecer en camillas en urgencias durante días durante los meses de verano, con el aumento de la afluencia. Pero no es fácil». Hasta la fecha, sin embargo, la situación parece estar bajo control y no se han reportado casos de sufrimiento en los puntos de primeros auxilios. Sin embargo, el aumento previsto de las temperaturas no augura nada bueno: ya el domingo, el Ministerio de Salud indicó que habrá 11 ciudades tórridas marcadas con un punto rojo por calor y olas de calor. «Satisfaceremos la demanda de asistencia, pero el problema de la dotación de personal —concluye Riccardi— ya no puede ignorarse».
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