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Bruselas veta a las empresas chinas de los contratos públicos de dispositivos médicos

Bruselas veta a las empresas chinas de los contratos públicos de dispositivos médicos

Considera que las compañías europeas en este sector están discriminadas en Asia y actúa en represalia cerrando el acceso a las licitaciones de más de cinco millones de euros, un mercado valorado en 150.000 millones de euros.

Europa se defiende como gato panza arriba en este nuevo entorno geopolítico. La Comisión Europea ha dicho basta y ha anunciado, con el apoyo de los veintisiete Estados Miembros, que vetará a las compañías chinas de las licitaciones de dispositivos médicos.

El veto se produce exclusivamente para aquellos contratos públicos valorados en más de cinco millones de euros. Según señalan fuentes comunitarias, con ese umbral se deja a las empresas chinas sin acceso a un 60% del mercado público de dispositivos médicos, valorado en alrededor de 150.000 millones de euros, pero se estima tan sólo afectará a un 4% de las licitaciones.

"Es fundamental que esta decisión no provoque ningún tipo de desabastecimiento o encarecimiento de los costes", aseguran estas mismas fuentes. De hecho, se harán excepciones en los casos en los que no existan alternativas al suministro chino.

Además, las empresas que logren las adjudicaciones públicas no podrán importar más de un 50% de sus productos desde China, una medida que se toma para evitar flotas fantasma que permitan esquivar las represalias.

Los dispositivos médicos afectados por las medidas europeas cubren todo el espectro, desde mascarillas a agujas pasando por muletas y maquinaria de mayor tamaño como escáneres. Según destaca la Comisión, para las empresas europeas el bloqueo chino también se ha producido en todos los productos. Las medidas se aplicarán únicamente a las licitaciones públicas de dispositivos médicos que se lancen a partir del momento en el que entre en vigor la decisión europea, dentro de 10 días.

Investigación

La medida es consecuencia de una investigación iniciada en abril de 2024 tras detectar que China limitaba el acceso de los productores europeos de dispositivos médicos a sus contratos gubernamentales, algo que el Ejecutivo comunitario calificó de "injusto y discriminatorio". Tras la publicación de un informe de doce páginas en el que se detalla que un 87% de las licitaciones públicas en China contemplaba cláusulas o prácticas disuasorias para las compañías europeas de dispositivos médicos, Bruselas se ha decantado por activar el Instrumento europeo de Contratación Pública Internacional (IPI, por sus siglas en inglés).

Esta herramienta de comercio busca presionar a terceros países para lograr un reequilibrio de las relaciones en lo que respecta al acceso de las empresas europeas a contratos públicos en igualdad de condiciones. Para evitar que se considere una herramienta de ataque, fija criterios de proporcionalidad.

Bajo su iniciativa Made in China 2025, el gigante asiático busca que en 2025 al menos el 70% de los dispositivos médicos de gama alta utilizados en hospitales sean de fabricación local, un porcentaje que se eleva al 85% para los componentes estratégicos y que deriva en nuevas trabas para las compañías europeas que intentan hacerse un hueco en el mercado.

"La decisión y las medidas discriminatorias de la UE perjudican los intereses de las empresas chinas, además de socavar la competencia leal y establecer nuevas barreras comerciales mediante herramientas unilaterales", señalaba recientemente el Ministerio de Comercio de China.

Las represalias de la UE llegan en un momento en el que ambas regiones tratan de retomar su relación tras las tensiones del pasado que llevaron a un intercambio de aranceles. El enfrentamiento de ambos con EEUU tras la guerra comercial desatada por Donald Trump hizo que se produjera un acercamiento diplomático.

Un hito clave en este reajuste es la próxima cumbre UE-China, que ahora se ha confirmado que se celebrará en Pekín en la segunda quincena de julio de 2025. A pesar de la escalada de la disputa sobre la contratación pública, la Comisión no espera un endurecimiento del tono por parte de China.

"Nuestro objetivo con estas medidas es reequilibrar las condiciones para las empresas de la UE. Mantenemos nuestro compromiso de dialogar con China para resolver estos problemas", señala Maros Sefcovic, comisario de Comercio.

Si China redujera en cualquier momento sus barreras a las empresas europeas, fuentes comunitarias señalan que se retiraría el procedimiento.

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