Joaquim Surumali preserva el patrimonio cultural timorense a través de la joyería

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En sus manos, el 'kaebauk', un adorno con cuernos de búfalo, que representa el sol, la fuerza, la seguridad, la protección y el poder, tradicionalmente usado en la cabeza y en los techos de las casas sagradas, toma la forma de aretes y colgantes para ser usados en un collar.
El 'belak', un disco de bronce que simboliza la luna y que se lleva en el pecho y en el interior de las casas sagradas, también se puede comprar como pendientes.
En el taller de Joaquim Sumali tampoco faltan los collares, llamados 'morten', generalmente de color naranja, que traen suerte y prosperidad y alejan los malos espíritus y las energías negativas.
"Quiero dedicarme a esto. Mi padre también trabajaba con joyería; moldeaba belak y kaebauk desde la época de los portugueses, e incluso ahora mis hermanos y hermanas a veces siguen haciendo joyas como kaebauk y belak en Dili", contó Joaquim Surumali a Lusa.
El joyero de 34 años destacó que su arte es una tradición familiar que continúa hasta el día de hoy.
«Aprendí a hacer joyas de mi padre y mis hermanos. Pero nuestro trabajo viene de nuestra propia sangre, de nuestro padre y de los mayores que también hacían joyas como las de hoy», explicó Joaquim Surumali.
Joaquim Surumali realiza joyas en oro, plata o bronce, según las preferencias y el presupuesto de sus clientes.
El material, según el joyero, se compra en Timor Oriental, pero la mayor parte proviene de Indonesia o Singapur, porque los recursos en el país son escasos.
"Como la gente compra oro para colocarlo en casas sagradas, ya no está disponible. Así que intentamos comprarlo en el extranjero. La mayoría de las veces, los clientes traen el oro ellos mismos y solo cobramos por nuestra mano de obra", dijo el joyero.
Al ser preguntado sobre los precios de las joyas, el artesano explicó que un ‘belak’ de oro puro puede costar 600 dólares y un ‘morten’ 100 dólares.
"Muchos timorenses compran estas joyas, pero también muchos portugueses, sobre todo profesores", explicó.
Joaquim explicó que los portugueses aprecian estas piezas porque ven algo único y tradicional en Timor Oriental.
Los timorenses los compran para colocarlos en las casas sagradas de sus familias, que se pueden ver en todos los municipios del país. Los artículos más populares son, sobre todo, los "belak" de oro.
Respecto a los ingresos mensuales por la producción de joyas, Joaquim Surumali dijo que pueden llegar hasta 500 dólares mensuales, pero que depende del número de clientes y visitas.
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