Atravesando el país: una pareja recorre 3.000 km en un Ford Corcel de 1977 por una razón especial.

Un coche antiguo, un viaje de nueve días y casi 3.000 kilómetros de carretera. Así fue como Hilário Zaltron, de 63 años, y Janete Niedermeyer, de 54, de Toledo (Puerto Rico), transformaron la simple venta de un coche en una aventura inolvidable. A bordo de un Ford Corcel de 1977, la pareja partió hacia el norte para entregar el vehículo a su nuevo dueño y que permaneciera en la familia.
El destino final: Humaitá, en Amazonas , donde el hermano de Hilário, Vilson Zaltron, esperaba ansiosamente el coche. El viaje, realizado sin aire acondicionado y bajo el calor de las carreteras brasileñas, duró nueve días, con paradas previstas en Campo Grande (MS) , Cuiabá (MT), Vilhena y Ariquémes (RO).
El viaje, a pesar del cansancio y las dificultades típicas, valió la pena. Apasionados por los coches clásicos y por el Corcel, no querían vendérselo a cualquiera. Por eso, cruzar el país para entregárselo al hermano de Hilário fue la solución perfecta.
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Guion escrito“Planificamos el itinerario y todo salió a la perfección”, dice Janete. La pareja salió de Toledo el día 11, hizo paradas para visitar a familiares e incluso asistieron a misa durante la fiesta nacional. “Queríamos disfrutar del viaje; no fue solo un viaje por carretera”, recuerda.
En Ariquemes, la pareja se alojó con unos primos durante unos días antes de continuar su viaje a Humaitá. Allí se encontraron con Vilson, quien había viajado en autobús desde Manaus para recoger el coche.

El Ford Corcel de 1977, con más de 100.000 kilómetros en el odómetro, se vendió por R$ 20.000. Pero, según Janete, podrían haber cerrado el trato mucho antes.
“Podríamos haber vendido el coche más de diez veces. La gente nos admiraba y nos felicitaba por nuestra valentía”, recuerda entre risas.
Hilário es un apasionado de los coches clásicos, especialmente de los Ford . Tras vender su viejo Ford, compró un Pampa clásico, otro modelo muy apreciado de la marca. «A toda la familia nos encantan los coches clásicos. Ahora el Corcel se queda con nosotros», explica.







En la carretera
Janete Niedermeyer/Facebook/Reproducción
Fotografía de Janete tomada al inicio del viaje.
Janete Niedermeyer/Facebook/Reproducción
Hilário se despide del Corcel.
Janete Niedermeyer/Facebook/Reproducción
La pareja se encontró con parte de la familia de camino a Humaitá.
Janete Niedermeyer/Facebook/Reproducción
Llave entregada al hermano de Hilário.
Janete Niedermeyer/Facebook/ReproducciónEn Humaitá, el Corcel se quedó temporalmente en casa de un amigo, a la espera de un ferry que lo llevara a Manaos. El bajo nivel del río Madeira retrasó el embarque.
Mientras el coche espera la siguiente etapa, Hilário y Janete ya han regresado a Paraná —esta vez en avión—.
“Fueron unos días agotadores, pero valió la pena cada kilómetro”, resume Janete con orgullo. “Nos llevamos el coche, pero volvimos con muchas historias”.
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