Camarda regresa a San Siro. ¿Cómo han sido sus dos primeros meses en Lecce?

Esta es una historia de recuerdos, de recuerdos que van y vienen. El recuerdo de Francesco Camarda, que desapareció por un golpe en la cabeza durante el partido de liga contra el AC Milan (y de ahí, la sustitución al descanso, la preocupación, un vacío en su memoria). El recuerdo de Camarda, que mañana por la noche volverá al pasado, a su vida como aficionado del AC Milan y luego como jugador. Camarda está a punto de regresar a San Siro, y en Lecce se le considera el favorito para ser titular, en una extraña noche de Coppa Italia, entre un Milan donde todo funciona y un Lecce donde nada sale como debería.
Camarda le pide un regalo a su santo favorito: su primer gol con el primer equipo, que lleva meses persiguiendo y que ha estado a punto de marcar en más de una ocasión. En la Champions League, hace once meses contra el Brujas, Francesco celebró, disfrutó del rugido de la Curva, sintió un vuelco en el corazón y, de repente, sintió tristeza: el gol fue anulado. Lo intentará de nuevo contra el equipo al que siempre ha apoyado.

Este mes de la temporada le ha demostrado que la vida en la Serie A es difícil, dura. El Lecce, obviamente, no es el AC Milan, y Camarda está pasando apuros. Veamos el análisis jugada a jugada de sus dos últimos partidos, contra el Atalanta y el Cagliari. Francesco solo tuvo un balón interesante, una volea desde la frontal del área contra el Atalanta, pero por lo demás, su vida en el campo se ha centrado en perseguir balones, batirse en duelo con centrales que le doblan la estatura y, como mucho, recibir algún balón de espaldas a la portería para pasarle a Kaba, Tete Morente o quién sabe quién más. Pases claros: muy pocos. Oportunidades reales de gol: ninguna.
Su tiempo de juego, por si fuera poco, está disminuyendo: 83 minutos en el primer partido de la temporada, luego 45, 19 y 17. Una pendiente resbaladiza: partido tras partido, cada vez menos. Camarda claramente no está listo para marcar la diferencia en la Serie A, pero es normal. Totti marcó cuatro goles con la Roma en su temporada número 18, Cassano tres con el Bari. El camino es complejo para todos. Francesco, por otro lado, parece estar feliz en Lecce: vive en la ciudad, sus padres suelen estar con él y la rivalidad con Stulic no es fácil, pero tampoco imposible. La afición también lo apoya: su dorsal 22, claramente inspirado en la influencia brasileña (Kakà...), fue la camiseta más vendida del Lecce este verano. Así que hay que tener paciencia: habrá momentos malos, pero habrá muchas oportunidades. San Siro, después de aquella broma contra el Brujas, le debe un favor.
La Gazzetta dello Sport