Don Ciucci: «El Papa León XIV no es una sorpresa, estaba entre los papables. Nos ayudará a ampliar nuestra mente y nuestro corazón».

«Una gracia grande, exigente, que ensancha el corazón.» Así comenta Don Andrea Ciucci, coordinador de la Oficina Central de la Academia Pontificia para la Vida, la elección de Robert Francis Prevost , el Papa León XIV, un ambrosiano “trasplantado” al Vaticano.
Así lo informa Stefania Cecchetti en el portal Chiesa di Milano . ¿Una elección inesperada? "No fue una sorpresa absoluta, estaba entre los nombres que se mencionaron la víspera. Digamos de entrada que es un hombre elegido por el papa Francisco, así que creo que es una elección que responde a la continuidad, pero espero que también sea creativa, porque es justo que cada papa aporte su granito de arena", comenta Don Ciucci. Añade: «El nuevo obispo de Roma es estadounidense, es padre agustino, fue obispo en Perú, como recordó hablando en español en su primer discurso como Papa, y dirigió un dicasterio en el Vaticano. En resumen, tiene un perfil que une culturas, historias y tradiciones muy diferentes, de una manera muy particular».
"Nos ayudará a ampliar nuestra mente y corazón"En cierto sentido, continúa Ciucci, «podemos decir que el nuevo Papa aúna geografía e historia. Nos amplía la mirada desde un punto de vista geográfico, al ser originario de Estados Unidos y haber tenido experiencia en Latinoamérica, pero también desde un punto de vista histórico, al haber crecido en una orden con una sabiduría y una tradición religiosa milenarias, que incluso remite a San Agustín. Creo que nos ayudará a ampliar nuestra mente y nuestro corazón, a pensar en diferentes maneras de anunciar el Evangelio».
Y sobre el nombre elegido: «Un nombre tradicional, en cierto modo. Pero no olvidemos que León XIII es el autor de la Rerum Novarum , una de las obras más innovadoras de la historia de la Iglesia».
Delpini: «La Iglesia ambrosiana ama al Papa»El arzobispo de Milán, Monseñor Mario Delpini, también dejó un discurso sobre el nuevo pontífice: «En el temor de la Anunciación, la gracia de Dios se manifiesta. La Iglesia Ambrosiana reza y ama al Papa, y en este angustioso momento inicial creo que la gracia de la Anunciación se verifica. La palabra de Jesús invita a los discípulos: «Mirad, os digo: alzad los ojos y mirad los campos que ya están blancos para la siega» (Jn 4,35). Ciertamente, el Papa acepta la invitación de Jesús y mira nuestro tiempo y nuestro mundo para reconocer la obra de Dios. El Papa León XIV, que hoy inicia su ministerio, sabe que debe ser el servidor de todos para que todos sean uno: no espera aplausos ni triunfos. «Cuando nos insultan, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos calumnian, consolamos» (cf. 1 Co 4,12s). Estos son los sentimientos que imagino en el Papa y las intenciones por las que Oremos: para que en la turbación experimentemos la gracia, en la interpretación del mundo reconozcamos la proximidad del reino, en el servicio de la unidad transfiguremos las pruebas en declaraciones de amor a la Iglesia.
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