Vacunas y COVID: las palabras que faltan. Qué puede hacer Italia para evitar seguir el peligroso camino estadounidense.


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Editoriales
Tras un cambio significativo en la estrategia anti-COVID, la vacunación ya no se recomienda para todos, sino que ahora se deja exclusivamente a la decisión clínica compartida de los ciudadanos y los profesionales sanitarios. Se necesita una intervención autorizada del Ministerio para evitar imitar a la Administración Trump.
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En Estados Unidos, el Comité ACIP de los CDC ha introducido un cambio significativo en la estrategia de vacunación contra la COVID-19 : la vacunación ya no se recomienda para todos ni para los grupos prioritarios, sino que ahora se confía exclusivamente a una "decisión clínica compartida" entre los ciudadanos y los profesionales sanitarios. Este enfoque, al menos en teoría, tiene en cuenta la relación riesgo-beneficio individual, pero en realidad corre el riesgo de reducir peligrosamente la conciencia pública sobre una enfermedad que, si bien es menos agresiva que en las etapas iniciales de la pandemia, sigue afectando gravemente a los más vulnerables. Trasladar la carga de la decisión por completo a pacientes y médicos, sin una recomendación pública clara, podría debilitar la percepción de la importancia de la vacuna y fomentar la desinformación. El mayor riesgo es que esta opción también se utilice como modelo en Italia, donde otros modelos, especialmente los estadounidenses, se suelen importar tarde y de forma deficiente. Mientras tanto, mientras se debaten las estrategias, falta lo esencial: la organización.
A pocos días del inicio de la campaña de vacunación contra la gripe (el 1 de octubre en muchas regiones), el Ministerio de Salud aún no ha publicado una circular oficial sobre la campaña de vacunación contra la COVID-19. Las regiones carecen de información operativa ni logística: se desconocen los plazos de entrega de las dosis actualizadas, así como su disponibilidad a tiempo. Paradójicamente, en agosto, las regiones ya habían comunicado sus necesidades para septiembre, octubre y noviembre, pero dicha solicitud no ha recibido ninguna respuesta concreta. La AIFA aún no ha autorizado las nuevas vacunas, las dosis no se han distribuido y, en la práctica, las campañas no pueden comenzar. Sin embargo, muchas regiones están listas para iniciar la vacunación contra la COVID-19 en paralelo con la de la gripe, para facilitar la vacunación de sus ciudadanos y aumentar la participación. Se necesita una intervención rápida y contundente del Ministerio: la temporada de gripe es inminente y cada día de retraso reduce la protección de los grupos más vulnerables.
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